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05 de abril del 2024.- El Ejército israelí ha cesado a dos de sus oficiales y ha amonestado a otros dos por el ataque contra el convoy de la organización humanitaria World Central Kitchen (WCK), en el que murieron siete de sus integrantes.
En una investigación del Ejército, liderada dirigida por el general israelí Yoav Har Evan, se concluye que el ataque se debió a un «error» al creer que en el convoy viajaban dos milicianos armados de Hamás. Sus tropas – explica – identificaron a dos «pistoleros» de Hamás en los camiones de ayuda mientras se dirigían a un almacén en Deir al Balah, y cuando los vehículos abandonaron el lugar tras al descarga, «uno de los comandantes supuso erróneamente que los pistoleros iban dentro de los vehículos que se trataban de terroristas de Hamás».
Por el momento, no se ha hecho referencia a una posible apertura de una investigación de carácter penal para los acusados. Tampoco sobre «la creación de una comisión independiente» para determinar lo sucedido, tal y como ha reclamado WCK este sábado. Israel «no puede investigar de manera creíble su propio fracaso» en la franja gazatí, ha criticado la organización humanitaria en un comunicado firmado por su fundador por el chef español José Andrés.
El Ejército considera que «podría haberse evitado»
Aunque iba perfectamente identificado, el convoy de WCK recibió el impacto de tres misiles disparados por un dron, lo que fue «una grave violación de las órdenes y de los procedimientos operativos estándar», han indicado las Fuerzas Armada. Por ello, apuntan a que «el incidente podría haberse evitado» y que «quienes aprobaron el ataque estaban convencidos de que estaban atacando a operativos armados» del movimiento palestino Hamás.
Los fallecidos en el ataque provienen de Polonia, Reino Unido, Australia, además de palestinos y un ciudadano con doble nacionalidad, estadounidense y canadiense. La ONG ha suministrado la ayuda que ha llegado por barco a Gaza en las últimas semanas desde Chipre, en un corredor marítimo humanitario puesto en marcha ante los obstáculos de Israel a la llegada de ayuda por tierra para los más de dos millones de personas del enclave. Tras el ataque, la organización ha anunciado que suspendía sus operaciones en la región.
