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Artículo: El peligro de ser policía

Artículo de Fondo, Por Ignacio Martínez.- Todas las mañanas hay un tipo de mujeres y hombres en éste país que saben perfectamente a que hora salen de su casa, se despiden de su madre, sus hijos, sus esposas, porque lo que no saben es a que hora regresarán y mucho peor si regresaran con vida.

Lo que vemos a lo largo y ancho del país significa que el ser policía es sin duda la profesión de mayor riesgo en México, nuestros policías no solo están expuesto a los disparos de los narcotraficantes, las pedradas de los profes democráticos y de los “muchachitos inquietos” en forma de normalistas, la imposibilidad de poner orden porque inmediatamente las comisiones nacional o estatales de los derechos humanos les pueden hacer una recomendación.

Los policías también están en peligro ante las malas decisiones de sus jefes, la falta de equipamiento y bueno hasta de los jueces que dejan libres a los presuntos criminales que van por la revancha con un policía que simplemente cumplió con su deber.

En Estados Unidos, Francia, Alemania, cuando a un policía le dan una pistola y una macana o un escudo, es para que las use en caso necesario. Aquí, en México, en la mayoría de los casos llevan esos “aparatos” solo de adorno. Y la cosa no es de ahora.

Ante la ola de robos, de atracos, y de toda clase de tropelías que estamos sufriendo los ciudadanos, clamamos por la presencia policial, pero cuando un policía utiliza la macana o hasta el puño para reducir al agresor, las iras y la acción judicial, la mayoría de las veces, van contra el agente del orden.

Recordemos Ecuandureo-Tanhuato los policías “les dispararon por la espalda a presuntos narco traficantes y asesinos” según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

No veo salir a la misma Comisión a levantar la mano y apoyar a un piloto y cinco valientes policías michoacanos que con un arma de alto poder que atravesó el mismo acero derribaron su helicóptero y les quitaron la vida en La Huacana.

Impensable que ellos pudieran abrir fuego los hubieran acusado de criminales.

Cuando la presencia policial es disuasoria hay muchos que desearían que un policía actuara más allá de lo permitido para acusar al gobierno de que la policía sobre pasó sus acciones.

Un recuerdo con respeto y admiración a los buenos policías Mario Ángel Lima Gallardo, Yesid Ibáñez Miranda, Martín Domingo Arteaga y al copiloto Julio Morales Govantes y al piloto Fernando López Valdez que fueron abatidos en La Huacana.

Espero nuestros diputados, los que hacen las leyes tapen los vacíos legales y cuiden más a nuestros buenos policías.

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