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Por Ignacio Martínez (09-VI-14).- Desarrollar una idea y hacerla genial…así piensan muchos promotores de conceptos que tiene como objetivo convencerte del por qué debes comprar algo.
Hay que pensar siempre en una campaña simple, concreta, pero sobre todo muy directa que apele a un sentimiento y decisión personal y en éste caso hacer algo, un viaje, con un rumbo… Michoacán.
El reto no es fácil, existen diferentes factores que pueden hacer pensar que la decisión personal de viajar a Michoacán se convierta en un caos, en un grave peligro de seguridad `para aquellos que toquen nuestra tierra.
Yo directamente lo confieso soy un convencido que es difícil que sí existen condiciones de peligro en mi casa, debo solucionarlas antes de invitar a un huésped.
Durante los últimos años una de mis pasiones ha sido el viajar, he estado en ciudades que por mucho son calificadas como violentas, recuerdo… cerca de mi estalló una bomba en Estambul en Turquía o conocer de amenazas musulmanas en El Cairo Egipto o incluso haber sido detenido y llevado a la cárcel en Shang Hai China…porque el Maycotte (mi productor , camarógrafo y amigo) había tomado una foto de un policía arrastrando a una mujer del cabello con un niño en brazos.
La adrenalina ha estado presente en el trabajo y en mis viajes, he aprendido que la felicidad de un viaje no esta en el destino, la duración o la compañía, sino en el viaje por sí mismo, he sido feliz realizando un viaje, (confieso: los viajes son una de mis pasiones), he disfrutado de la experiencia, la satisfacción de recorrer caminos y adquirir recuerdos, he podido caminar por la Gran Muralla China o en la Cumbre del Parícutin, he podido tocar las piedras de la gran pirámide de Keops, de la pirámide del Sol en Teotihuacán o en Efeso descubrir el lugar donde se refugio la Virgen María o caminado por Tingambato, he sentido el frescor del agua en los fiordos noruegos, como en un río cristalino de ciudad Hidalgo que baja de las Presas, soy un afortunado.
Veo también con emoción la persistencia, insistencia o terquedad como usted le quiera llamar del equipo que trabaja en Turismo de posicionar nuevamente el nombre de Michoacán pero en el sentido totalmente turístico.
El trabajo no es fácil, pero ahí sigue, continua y eso habrá que reconocerle a Roberto Monroy.
Intentamos que el Rumbo sea Michoacán, pero para ello nosotros tenemos que generarnos esa confianza, olvidar los miedos y afrontar el reto de ser felices en un viaje por Michoacán, que se nos note que cuando alguien viaje por Michoacán en una sonrisa, en el estado de ánimo que nos de la posibilidad de ser otros, que disfrutemos de los sabores, colores y olores.
La campaña del Rumbo es Michoacán apela a la acción personal y genera un sentimiento de querer comenzar el viaje. Invitemos a nuestros paisanos primero, sentir el orgullo de ser michoacanos y provocar que el viajar no sólo es felicidad durante el mismo, sino cuando lo estamos preparando y después cuando lo recordamos.
Al viajar convirtámonos en una mejor versión de nosotros mismos y recordemos que el Rumbo es Michoacán.
