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La violenta represión de estudiantes nicolaitas y su desalojo de las casas del estudiante es un tema que ha atrapado los reflectores nacionales, y es tema de un álgido debate entre los actores políticos y sociales del estado, más en las redes sociales y en la calle, mucho menos en los medios de comunicación, parece que la tendencia al control al derecho a la información va en aumento, son evidentes las andanadas de dinero público en algunos de ellos.
Y más allá del debate, los hechos son que la madrugada del 28 de abril fuerzas federales y estatales, sin órdenes judiciales para ingresar y/o de aprehensión, tomaron por asalto simultáneamente las casas del estudiante Nicolaita, Dos de Octubre y Lucio Cabañas y terminaron así con un conflicto que había derivado en el secuestro de vehículos oficiales y en la toma del Centro Histórico por parte de la CUL, ya el centro histórico había sido recuperado por el uso de la fuerza, con un número significativo de estudiantes heridos y hasta se habla de decesos.
En el ingreso a las casas del estudiante 13 integrantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha, fueron detenidos, y el resto de los moradores, que no estaban tan golpeados fueron trasladados a barandilla, otros al hospital civil; son evidentes los trabajos fotográficos de algunos medios que dan cuenta de un trato indigno hacia ellos, y la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos da cuenta que se violentaron los derechos humanos de los estudiantes.
El Gobierno de Michoacán ha asegurado, que la sociedad está harta de las manifestaciones, lo que puede ser cierto y aún así no justifica la represión, el derecho al tránsito no está por encima del derecho a la libertad, al juicio justo o a la dignidad, son cosas distintas, en una sociedad libre, los empresarios potenciales proveedores del gobierno estatal o que serán beneficiados por este no aplaudirían al Gobernador de manera servil, le preguntarían si fue el único camino que podía transitarse, o sí las demandas de los estudiantes eran insalvables o inaceptables, le preguntarían como se dio el dialogo y la negociación, porque sí como sociedad no hacemos esas preguntas el apoyo de los sectores es ciego, inmoral e injusto, y además les deseo que nunca tengan la necesidad de manifestarse…
Y las declaraciones del Gobernador, Fausto Vallejo, no mejoran el panorama, habla de grupos extremistas y radicales inmersos en el conflicto, en parte tiene razón, incluso algunos de estos grupos salieron a defenderlo, ahí están los radicales de derecha y neoconservadores, eso es cierto; pero aún así, en México y Michoacán, las personas gozamos de libertad política, podemos tener la preferencia política que deseemos, no es delito creer en la izquierda o en la izquierda radical, y como una nueva versión del cuento de Pedro y el Lobo, Fausto ve en ello, la forma de justificarse, en 1968 Gustavo Díaz Ordaz argumento que la represión estudiantil era necesaria por “la amenaza comunista”; lo que no dice Fausto Vallejo es que el lobo son ellos, recordemos las represiones estudiantiles de Benigno Serrato, de José María Mendoza Pardo, de Agustín Arriaga Rivera, de Martínez Villicaña, de Tinoco Rubí, en todos y cada uno de los casos, los buenos ciudadanos, los empresarios, las familias, salieron a festejar la instauración del orden; además el Gobernador termina su intervención del día con una joya digna de portada aseverando que a los egresados de la Universidad Michoacán de San Nicolás de Hidalgo, nadie les da trabajo, en ningún lado, bueno, para que el Rector siga saliendo en sus conferencias de prensa, y lo sorprendente es que el propio gobernador es egresado de esta universidad, en parte tiene razón, 2 de cada 3 michoacanos no querían darle el trabajo de Gobernador.
Por otra parte, la ruta de la legitimación no conduce a nada, mientras oficialmente no se diga o quede demostrado legalmente, nadie puede afirmar que la deuda de Michoacán es de ese monto; irresponsablemente se ha afirmado esto y se reproduce alegremente, pero no es verdad legal; no se ve la mano del gobierno, y tiene un presupuesto de 50 mil millones de pesos, 95% de la federación, tienen el reemplacamiento como forma de liquidez que pudo hacer la administración pasada, no es justificable la inacción y la mentira; pero la forma de legitimación violenta es la más peligrosa de todas, un conflicto perfectamente manejable, salvable, pone en jaque a la capital del estado, el riesgo de estallido social es creciente, la inseguridad que ha cobrado más víctimas en lo que va del año que la toma estudiantil son verdades irrefutables y que merecerían la firmeza del estado.
¿Consecuencias? Sí las hay. Comienza a gestarse un hermanamiento de los movimientos de izquierda, se empieza a tener conciencia de lo que está en riesgo. Hay quien afirma que el PRD está detrás de estos hechos, yo creo que debería estar al frente, no de los intereses de grupos, sino de la defensa de las libertades civiles y políticas.