Algún Día Amanecerá en México

Columna Política «REPERCUSIONES», por Samuel Maldonado B.- (01-IX-14)  Es muy claro, como bien lo señal el ex Rector de la UNAM,  don Pablo González Casanova, que todavía estamos en la etapa de ”La larga noche del neoliberalismo”, que no hemos sabido resolverla, lo que nos ha conducido de pesadilla en pesadilla. Pero no obstante  lo terrífico de la situación, estamos ciertos de que toda noche termina y por consiguiente, algún día amanecerá u nos  despertaremos. No hay duda alguna de ello, pues todo es principio y todo principio, tiene su final.

La inoperancia de este sistema político es claro ya para todos aquellos que no estamos dentro de la grana carpa del circo de las ilusiones, del supuesto México de la bonaza y el desarrollo; de las grandes oportunidades que se le abrirán al país como resultado de la serie de reformas realizadas en el circo de tres pistas, llamado Congreso de la Unión.

Los millones de desheredados ya ni siquiera observan con desprecio las artes malabares de los supuestos representantes de la Nación, quienes verdaderamente están solamente vigilando sus propios intereses. Otros muchos millones miramos la descomposición social, examinando con atención las posibles rutas de un cambio por la vía del respeto a los principios, aún cuando éstos han sido trastocados por la corrupción generalizada de la vida política nacional.

Ya es claro que la inconformidad social crece día a día; díganlo si no las manifestaciones constantes de las comunidades olvidadas y marginadas en todo el territorio nacional, cansadas de exigir la aplicación imparcial de las normas a todas las clases sociales, con el resultado que sólo a los marginados ése les aplica con todo rigor.

Hace unas cuantas semanas, relataba en estas páginas la triste suerte de unos ejidatarios de la Isla de Holbox, ubicada en la reserva Natural de Yum Balam, quienes rápidamente La Justicia actuó y fueron tomados presos por los daños ecológicos que provocaron en un manglar de la isla en mención.

A varias semanas ya del ecocidio producido por la descarga de 40 mil metros cúbicos de acido sulfúrico  en las márgenes y cauce de los ríos Sonora y Bacanuchi, el dueño del emporio minero,  que generó tal daño ambiental, no ha sido tocado ni con el pétalo de una rosa; más bien goza de cabal salud, pareciéndole no importarle los daños ecológicos ocasionados en el norte del país.

En Sonora, las manifestaciones de inconformidad por los daños y por la desatención del Estado, se dan permanentemente. El propio Presidente Municipal de Aconchi, uno de los siete municipios de Sonora  afectados  por el derrame que contaminó las aguas de varios ríos, señaló públicamente que, cito: “¡Estamos hartos de las mentiras! y desde luego por la impunidad o protección que las autoridades en la materia le otorgan al empresario dueño del  “Grupo México”, hombre inmensamente rico, como producto de la descomposición y de la equivocación del rumbo que han tomado los gobiernos últimos de la República.

Ya no  hay poder político en México que ponga ni orden ni paz, como en los tiempos porfiristas; tampoco Congreso Nacional interesado en el bienestar general del país;  Tampoco hay dinero suficiente para paliar en algo la gran pobreza que nos inunda; pero si existen cantidades enormes para cubrir los salarios descomunales de los empoderados en el gobierno.

En México, los pobres están marginados y sin los derechos naturales del hombre;  existen cientos de comunidades indígenas no solamente olvidadas y marginadas, sino amenazadas en perder sus territorios, sus lugares sagrados; sus ejidos que con las llamadas “reformas constitucionales” podrán ser invadidos o despojados o, en el mejor de los casos recibir por la venta de sus propiedades, limosnas que rápidamente se les esfumaran en sus manos como ya pasó con todos aquellos que en los tiempos del salinato, recibieron “papelitos sin valor” por sus ricas parcelas.

¡Hartos estamos de vivir esta pesadilla continua, pero algún día habrá el amanecer y entonces se despertará el México Bronco!