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Policías y Magistrados

Por Ignacio Martínez.- ¿Qué similitudes encuentra usted entre un Policía y un Magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación?

Ambos son funcionarios, ambos son determinantes en cada una de sus funciones a favor de la sociedad, en algunos sectores ambos pueden ser considerados corruptos, los policías por la sociedad en general y los Magistrados por miembros sobre todo de los partidos políticos que no son convencidos por sus sentencias.

Pero la diferencia mayor y totalmente fuera de realidad es en sus salarios, un policía en Michoacán puede ganar de 1500 a 2300 pesos a la quincena cuando bien les va, ya que en infinidad de ocasiones hasta les han quedado a deber.

Un Magistrado gana decenas de miles de pesos.

Uno y otro con semejantes salarios pueden trabajar profesionalmente y a cabalidad.

Uno se juega la vida todos los días, sabe a que hora sale de su casa, pero no sabe todos los días si regresara y peor aún, si regresará a su casa vivo.

Uno ni siquiera tiene uniformes en buen estado, puede calzar botas rotas, ni siquiera tiene un chaleco anti-balas que le pueda salvar la vida y en la mayoría de los casos para conseguirlo él mismo tendrá que comprar su chaleco porque sus jefes no les ofrecen esa mínima oportunidad de seguridad.

Uno tendrá que comprar balas para su trabajo, cuidarlas perfectamente porque de otra manera se les cobrarán.

Uno ni siquiera podrá tener la oportunidad de portar un arma a pesar de ser un policía certificado, así que se defienda a pedradas o con resorteras.

Conducen a sus trabajos en el transporte público, a pie o en bicicletas.

Los magistrados viven en la comodidad económica, visten con ropa de marca, conducen vehículos de lujo o en el mejor de los casos tienen chofer.

Los magistrados ignoro por qué o por quién alguien en la Ley decidió ofrecerles incluso un bono por el que cobrarían hasta el último días de sus vidas aunque ya no estuvieran trabajando en el Tribunal Electoral del Poder judicial de la Federación.

Los policías en la mayoría de los casos ni siquiera llegan a tener un seguro de vida o de retiro humanamente posible.

Ambos son servidores públicos y lo más triste del caso que nuestros legisladores se pueden acordar por oscuras razones de un Magistrado, pero de un policía pasa por el olvido casi amnésico.

Nuestros legisladores en los últimos años de violencia en el país, no han considerado al menos tratar dignamente a un policía.

Los legisladores deben quedar bien con los Magistrados parece ser y no con los policías de éste país.

Los policías viven en el total olvido de los legisladores federales, los aplaudiría sí se preocuparan por el futuro de los policías, pero sobre todo por su presente.

La opinión pública actuó como una sola en contra de las presuntas pensiones vitalicias de los Magistrados, cuando actuaremos como una sola por un salario digno para los policías.

Un modesto saludo para los policías que cumplen con su trabajo, que se juegan la vida todos los días y que desafortunadamente para nuestros legisladores son invisibles.

Un reconocimiento modesto para aquellos que incluso son atacados brutalmente por las turbas manifestantes y que por órdenes de sus superiores ni siquiera se pueden defender, tiene que aguantar estoicamente insultos y golpes hasta casi morir, siempre en inferioridad numérica.

Lo curioso que esos superiores son precisamente los políticos. Esos que los han olvidado.

 

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