(30-07-12) En Michoacàn, desde hace diez años, se diò un importante ejercicio que tocò a las càrceles como modelo importante de transformaciòn. Antes de Làzaro Càrdenas Batel, el modelo de inserciòn era un verdadero caos: sobre poblaciòn, càrceles atestadas, policias inadecuados y sobre todo nulo tratamiento de libertad y de abogacìa. Cuando llegò el gobierno de izquierda se plantearon diversas formas para, primero, analizar los modos de profesioonalizar el servicio hacia los internos, y buscar la manera de apresurar expedientes a fin de hacer la liberaciòn algo posible. Las càrceles recibieron ayuda del gobierno estatal y las del interior del estado fueron sujeto de orientaciòn y ayuda.
Si ahora hay un nùmero aceptable de reos es por el trabajo indispensable de las dos administraciones de la izquierda en Michoacàn. No es justo que se trate de enmendar la plana, hablar con voz clara y se olvide que en los tiempos del PRI el problema carcelario era ingobernable. Honor a quien honor merece.