La justicia es una virtud que se busca y se hace posible mediante el ejercicio y cumplimiento de las normas establecidas por la ciudadanía. Específicamente la justicia para los mexicanos se puede hacer valer de acuerdo a dos mundos, a dos grupos de mexicanos: los que ostentan el poder y los que quieren ser representados.
Para los primeros el poder representa en si una especie de justicia en tanto la capacidad de imponer sus voluntad y forma de vida implica injusticia. Así habrá motivo para la queja y la inconformidad. Esto es, el establecimiento de un círculo vicioso de corrupción.
El otro grupo, aquellos que demandan y erigen un órgano que los represente, se quedan con su acción dirigida hacia la realización de ajusticia, porque parece se impone el primer grupo y sus intereses financieros.
Estas son las realidades que s disputan en el juego de la declaración pública ante los medios de comunicación y la creación de distracciones en ese mismo lenguaje de justicia, con el elemento del tiempo como aliado para el olvido, esa trágica costumbre de los mexicanos de antaño.