100 Días

No es de gratis que se contabilicen 100 días de gobierno para saber el estilo de una administración. En tres meses se puede saber si un gobierno va a desarrollar políticas sociales, si va a poner el acento en la industrialización del estado o si habrá una simbiosis de ambos estilos. Es un tiempo que se dan a manera de ensayo para establecer líneas de acción a seguir.

Para desgracia de los michoacanos, en estos cien días no se sabe por dónde soplará el viento. El gobierno de Fausto Vallejo Figueroa agota su importante quehacer en medio resolver conflictos sociales y en poner en marcha mecanismos de satanización del pasado. Ha tenido conflictos con estudiantes normalistas, con universitarios, inopinadamente ha violado la soberanía de la universidad, ha pretendido inmiscuirse en la vida de los universitarios, al margen de la constitución ha creado un cuerpo, polémico a todas luces, que realizará una ilegal auditoría externa a las finanzas públicas y se ha enfrascado en una lucha estéril por demostrar que hubo fantasmas y muchos en la anterior administración. Por si fuera poco en Cherán sigue muriendo gente inocente.

El Plan Estatal de Desarrollo no es un documento que siga los causes tradicionales. No sabemos si la importante política social de los gobiernos de izquierda permanecerá o será desmantelada o sustituida quién sabe por qué. Hay indicios que nos indican una posible regresión a políticas tan importantes como la gratuidad en la educación pública en todos los niveles.

Y aun más: el anterior fue un gobierno paritario, en este las mujeres al frente de importantes cargos públicos han disminuido. La Secretaría de los Jóvenes la encabeza un sexagenario y la de Cultura un hombre con los peores antecedentes. Los 100 días de gobierno han estado signados por el escándalo y la arbitrariedad. De veras esperamos un cambio de rumbo para bien de la tranquilidad y la paz pública de Michoacán. A nadie conviene que en los próximos tres años el gobernador se la pase peleando y perdiendo encuentros.