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La feria, persecución y caos

Por Víctor Ardura.-

José Manuel Romero Navarro, diputado de hace dos legislaturas y ahora director de la Comisión de Ferias y Exposiciones, no da pie con bola. En los últimos días lo hemos escuchado perorar, denunciar, y señalar con dedo flamígero presuntas irregularidades heredadas. A estas alturas del partido, cuando ya debería tenerse un panorama más o menos claro del perfil de esto que se ha dado en llamar “la fiesta del pueblo”, la feria no tiene programa, el Teatro del Pueblo está cercado, las oficinas del nuevo director remodeladas, y se introduce un costoso sistema de aspersión para mantener las áreas verdes. Y nada más.

Añádase a lo anterior un conflicto sindical que, seguramente, será el talón de Aquiles de ésta feria que pinta más bien tristona y sin muchos atractivos. El flamante funcionario, cuyo comportamiento es inexplicable pues no es un improvisado en estos asuntos, se le ha metido en la cabeza ignorar a un sindicato legalmente constituido, que ya tiene toma de nota, y que además está fuera de la influencia del inefable señor Ferreyra, un proto-priísta que lleva entronizado tres periodos al frente del sindicato de burócratas.

Manuel Romero, ante la pobreza de resultados, acude al expediente más facilón: echarle la culpa a otros. Por ejemplo, sugiere que la anterior administración se quedó con recursos pagados por una compañía cervecera por el orden de 14 millones de pesos. Y lo peor es que sin aportar pruebas muchos medios se tragan el guiso e incluso hasta lo encabezan. Esos recursos obedecen a recurso acumulado por un convenio firmado desde el sexenio de Lázaro Cárdenas Batel, por la utilización de un espacio específico en donde dicha compañía pudo hacer uso y usufructo para utilizarlo legítimamente en sus actividades,  que no son otras más quela ingesta de la indigesta bebida acompañada de cierta variedad, allá por el pabellón Don Vasco.

Como exlegislador debería conocer que todos estos ingresos que entran a un organismo como la Comisión de Ferias, forman parte de una cuenta pública, ejercicio que como diputado debió conocer en la glosa del informe y la posterior revisión de dicha cuenta.  Es muy fácil dar atole con el dedo sin siquiera disponer de suficiente atole, porque además, si hubiera algo irregular ahí está la auditoría superior que ya lo hubiera denunciado.

Otra de sus ocurrencias públicas es el afirmar que habrá 3 mil elementos vigilando la Feria. Digo, a menos que se espere la afluencia de regular número de narcotraficantes, la cifra me parece excesiva. En la pasada edición de la feria, no hubo arriba de 300 elementos, amén que se instrumentaron mecanismos de vigilancia como cámaras y binoculares de visión nocturna y con eso bastó. Ergo: ante la ausencia de resultados, ante la pobreza de organización y de algo que ofrecer para la inminente feria,  el Director Romero Navarro, -seguramente inspirado por la tranquilidad que le ofrecen sus oficinas recientemente remodeladas-, ha sustituido ideas por ocurrencias.

Queda el asunto sindical. Reducido a su mínima expresión, lo que se pretende hacer con los trabajadores es una canallada. Y el señor director no los quiere recibir si no firman un contrato a un mes. Ya hubo dos casos que aceptaron esas condiciones y pasado el tiempo acordado fueron automáticamente liquidados. Lo grave del asunto es que aquí se trata de un sindicato legalmente constituido y hay una toma de nota ante el tribunal y una notificación, y un emplazamiento a huelga, pero aún así el funcionario no los recibe, como tampoco recibió a miembros de Antorcha Campesina cuando intentaron negociar espacios.

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, asunto que ser replica en otras dependencias hay un cumulo de despidos injustificados los cuales, vistos en su conjunto, dan la idea de una consigna: correr, liquidar a todo lo que huela a izquierda y perredismo, tal y como sucedió con el Cardenismo durante el tristemente célebre sexenio de Luis Martínez Villicaña.

Pero los tiempos no son los mismos, hoy la gente se organiza, emprende litigios como el sindicato de la feria, como los corridos de la Secretaría de los Jóvenes e incluso son albergados por organizaciones contrarias al charrismo vergonzante del señor Ferreyra, asociaciones como las que encabeza Jorge Cázeres.

No creemos que esta estrategia sea la adecuada porque atraerá hacia el jefe del ejecutivo problemas irresolubles ante lo corto de su gestión. Ante la persecución, prudencia.

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