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20 de diciembre del 2023.- En vísperas de año nuevo, Rusia ha lanzado una nueva oleada de misiles y drones en distintas regiones de Ucrania que se han saldado con 30 muertos y 160 heridos. El ataque ha involucrado el uso de al menos 158 misiles de crucero y drones que han impactado en varios núcleos urbanos, y ha sacudido a buena parte del país, incluyendo a grandes ciudades como Kiev, Leópolis, Odesa, Dnipro, Zaporiyia y Járkov.
El asalto, el más agresivo de los últimos meses, ha dañado hospitales, colegios, centros comerciales y bloques de viviendas, entre otros edificios.
El portavoz de la Fuerza Aérea Ucraniana, Yuri Inhat, ha afirmado en una declaración que un ataque de esta clase no se había producido «en mucho tiempo». Si bien en noviembre Kiev sufrió uno de los mayores ataques con drones registrados, bombardeos de semejante calibre no se venían reproduciendo desde primavera, cuando Ucrania comenzó a preparar su contraofensiva en el frente.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha calificado los ataques en la red X como «terroristas». «La mayoría de los objetivos alcanzados fueron civiles, entre ellos un hospital de maternidad, centros educativos y comerciales, así como varios edificios residenciales. Rusia ha utilizado casi todos los tipos de misiles en su arsenal», ha señalado.
Los ataques se han sucedido en zonas densamente pobladas de Ucrania como Járkov, Leópolis, Dnipro y Odesa. El asalto, que comenzó en la tarde del jueves, se ha extendido durante 18 horas, incrementándose su virulencia durante la madrugada del viernes.
Sobre las 6:30, el alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, ha informado en su cuenta de Telegram de varias «explosiones» y «trabajos de defensa aérea» sucediéndose a lo largo de la capital. «Como resultado, una persona ha fallecido y 17 han sido hospitalizadas, entre ellas un niño», ha escrito posteriormente una vez comenzaron las labores rescate. En total, tres personas han muerto y 22 han sido heridas.
En Leópolis (este), el jefe de la administración militar regional, Maksym Kozytskyi, ha informado que la región ha sido atacada por 15 cohetes y han destruido «diez de ellos». Los ataques han afectado a varios bloques de apartamentos y hasta una guarderia, saldándose con la muerte de una persona y tres heridos.
En la ciudad de Dnipro (centro), el jefe de la administración militar, Serguí Lysak, ha descrito el ataque de «mañana trágica» con al menos cinco fallecidos y más de una decena de heridos. El impacto de un proyectil en un centro comercial ha provocado un incendio, así como daños en un hospital.
En Járkov (noreste) el presidente de la administración militar regional, Oleg Synegubov, ha informado de más de 20 ataques sobre la ciudad, con impactos que afectaron a un centro oncológico así como a otras infraestructuras civiles. El balance apunta a tres personas fallecidas y 13 heridos. «Los efectivos del Servicio Estatal de Emergencias y los agentes del orden trabajan en el terreno para eliminar las consecuencias del terrorismo ruso», ha añadido.
El gobernador en la región de Odesa (sur), Oleh Kiper, ha comunicado la muerte de tres civiles y 22 heridos, incluidos dos menores en estado grave que han sido alcanzados por misiles que cayeron sobre el bloque de apartamentos en el que residían. Kiper ha declarado un día de luto en la región por el ataque.
Un contexto delicado
El ataque sucede tras el hundimiento el pasado martes del buque de desembarco ruso Novocherkassk en el puerto de Feodosia por misiles aéreos ucranianos y ante la creciente vacilación occidental de continuar prestando ayuda a Ucrania. A pesar de que el pasado jueves Estados Unidos liberó un nuevo paquete de ayuda militar de 250 millones de dólares, es evidente la reticencia del Senado estadounidense a seguir ofreciendo apoyo a Ucrania sin garantías.
A comienzos de diciembre, senadores republicanos tumbaron un proyecto de ley que proponía aportar fondos por valor de 110.500 millones de dólares. Mientras tanto, la oposición de Hungría evitó el pasado 15 de diciembre que la Unión Europea sacase adelante un acuerdo de ayuda militar de 50.000 millones de euros, si bien finalmente podrá proponerse un envío por valor de 20.000 millones de euros sorteando el veto húngaro.
Mientras tanto, Rusia continúa incrementando la presión en distintas partes del frente a cambio de asumir cuantiosas bajas, en un contexto en el que se debate los efectos de las sanciones económicas sobre el país y cómo podrían afectar a sus esfuerzos por incrementar su producción militar de cara a 2024.
Entretanto, Ucrania anunció el pasado 26 de diciembre una nueva ley que pretende reducir la edad de los ciudadanos movilizados de los 27 a los 25 años, lo que supondría medio millón de nuevos reclutas.
Dada la situación de estancamiento en el frente, y salvo la posibilidad de futuros acontecimientos atípicos en el próximo año, la guerra parece dirigirse hacia un punto muerto en el que, por el momento, tanto Rusia como Ucrania continúan oponiéndose a la opción de una salida negociada.
