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Por Patricia Flores Anguiano.- El pasado 15 de mayo el gobierno federal decidió por Decreto presidencial quitar de manera temporal el impuesto a la importación de limón, pollo y tomate verde con el objetivo de bajar los precios y la inflación de dichos productos.
Un principio básico en economía es que el precio sube cuando hay escasez de productos y baja cuando hay exceso.
El problema de los altos precios lo asumen los consumidores, porque para el productor casi siempre son los mismos precios, ya que cultivar le resulta caro y al comercializar vende barato, pero el consumidor sigue comprando caro, que pasá?, es una falla del mercado o es el intermediarismo y la especulación.
Sin embargo esta medida afecta fundamentalmente a los productores de limón de nuestro país.
México ocupa el cuarto nivel a nivel mundial en producción de cítricos, siendo 23 estados de la república los productores, cultivando 550 mil hectáreas y 2.2 millones de toneladas de limón persa y mexicano.
Los principales estados productores de limón son Colima, Jalisco, Guerrero, Oaxaca y Michoacán con una producción de 80 mil hectáreas, destinándose el 60% de la producción a la industria.
Particularmente Michoacán tiene registradas 4,200 productores, 42 mil hectáreas, con una producción de 2 mil 500 toneladas diarias, 53 empaques, 12 industrias, generando 20 mil empleos diarios en toda la cadena productiva y una derrama económica diaria de 5 millones de pesos.
La economía de los municipios de Apatzingán, Buenavista, Nueva Italia, Parácuaro, Churumuco, Tepalcatepec, Aguililla, La Huacana, Coahuayana, se debe al cultivo del limón.
La actividad limonera hoy en día representa serios problemas de plagas como el HLB y enfermedades, el cambio climático, envejecimiento de los huertos, escasez de agua, poca tecnificación de las huertas, un manejo y mantenimiento mínimo, precio bajo durante la mayor parte del año, bajo rendimiento por hectárea, la ausencia de políticas públicas efectivas para sacar al campo del abandono, el atraso y el olvido, entre otros. A lo anterior se suma la anulación del impuesto a la importación.
Sin embargo, de acuerdo al Presidente del Sistema Producto Limón existe una sobreproducción de más de 10 mil toneladas que no permite que el precio suba a más de 2 pesos por kilogramo, ya que la demanda diaria estimada es de 2 mil toneladas, produciendo 2,500 generándose un exceso de 500 toneladas de limón, lo que abarata el precio.
En los últimos 10 años los productores de limón han visto un alza de precios de su fruto en tres años; invierno 2008, 2010 y marzo 2013, el resto de los años, ha sido de pérdidas o en el mejor de los casos, sacar los gastos de inversión. Incluso se dice que al aumento del precio en marzo de éste año se debió a que la producción de Colima disminuyó debido a la plaga del HLB o dragón amarillo.
Entonces no tenemos como problema un alto precio del fruto, quizás el problema es la comercialización y especulación. No hay escasez del producto al contrario hay una sobreproducción que abarata el precio de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda o es desconocimiento del Secretario de Economía.
O será que la industria de bebidas, alimentos, perfumería, detergente, entre otras, quieren un precio aún más barato del fruto, por lo cual los grandes empresarios que representan ésta industria, como Coca-cola principal comprador de aceite de limón, han exigido al gobierno federal abra las puertas al limón extranjero, para abaratar aún más el precio y aumentar sus ganancias?.
El impuesto (arancel) a la importación del limón es del 20%, lo han quitado en su totalidad, ahorita hay cero impuestos, lo que sin duda afectará gravemente a toda la cadena del sector limonero; productores, empacadores, cortadores, transportadores, vendedores de insumos, materias primas, financiadoras, o sea toda la actividad económica que gira a su alrededor, así que se reducirá la derrama económica y tal vez los problemas sociales y económicos aumenten.
Por lo que ésta actividad económica tan importante en la Valle de Apatzingán o de la Tierra Caliente, demanda políticas públicas en materia de; control de plagas, búsqueda y consolidación de nuevos mercados, darle valor agregado, tecnificación de las huertas, regular la incorporación de más zonas de cultivo, incorporar nuevas técnicas de mantenimiento, introducir abonos amigables con el medio ambiente, establecer precios de garantía, sólo por señalar algunas.
De lo contrario con la liberación -aunque sea temporal- estamos matando la gallina de los huevos de oro, cuando además no hay justificación.
Confiemos en que los representantes nacionales y estatales del sector hagan un llamado al gobierno a retroceder en dicha medida para que ésta actividad que representa la columna vertebral de la economía de nuestro valle tierracalenteño no se abandone, sino al contrario se fortalezca.
