Decálogo para un PRD en franca crisis y decadencia

Por Mario Enzástiga.-

En la primera colaboración de la semana pasada a este naciente proyecto de comunicación, comente sobre el serio colapso ético-político de la izquierda o izquierdas en México, más particularmente me quiero referir ahora al PRD que en mi opinión como proyecto político ya cumplió su ciclo histórico, lamentablemente no da para más, después del 1o. de julio posiblemente seguirá existiendo como un partido que funcione como en estos últimos años y convertirse en lo que en realidad es hoy, una organización política que solo sirve para saciar las desmedidas ambiciones económicas y de poder político de unas cuantas personas, familiares, amigos y grupos que lo han llevado a la actual situación de no ser una auténtica alternativa de cambio democrático para la mayoría del pueblo de México.

En definitiva el PRD no será el partido que cumpla los objetivos con los que surgiera a finales de la década de los 90´s, la verdadera izquierda seguirá y seguramente encontrará después de las elecciones federales de este año, nuevas formas de organización y expresión para seguir en la lucha por el cambio verdadero, tal como lo dice Andrés Manuel López Obrador y no retrasar más nuestra larga y accidentada transición a la democracia.

Los documentos básicos del PRD particularmente el de los principios, sin duda son bastante buenos teóricamente, establecen en términos generales la visión y filosofía que se tiene para el actuar político, señalan que hay que trabajar por una sociedad libre, democrática, justa, igualitaria y equitativa desde la dimensión humanista y de la ética política, más aún se define luchar por un socialismo moderno; estos planteamientos e ideología que nada tienen que ver con la situación y prácticas actuales de permanente disputa interna y actividad electoral.

Este borrador de decálogo no tiene más pretensiones que ser una referencia para ser retomado en el próximo periodo, donde la izquierda no sea una práctica de simulación y deshonestidad política, que marque la conducta de congruencia entre lo que se dice y hace, que marque claramente en la práctica lo que una izquierda democrática, moderna y eficaz, que se diferencié contundentemente con los partidos de centro derecha y de derecha como lo son el PRI y el PAN, este decálogo surge en este orden de ideas.

1. La visión humanista en armonía con el medio ambiente, donde el ser humano debe ser el  centro de las políticas públicas con respeto, defensa, protección, conservación y mejoramiento de la vida natural.
2. La igualdad y diversidad principios fundamentales para la no discriminación por razones de edad, raza, género, color, condición económica, preferencias sexuales, culto religioso y afiliación política.
3. La inclusión y pluralidad de igual manera deben ser el puente entre lo social y económico, que debe expresarse en acciones cotidianas para la reinserción al mercado laboral de los excluidos y en desventaja, estas acciones se deben impulsar con la participación de los diversos agentes económicos y productivos, organismos de la sociedad civil (OSCs) y empresarios con sensibilidad y compromiso social, buscando el justo equilibrio de la intervención del Estado y el libre mercado.
4. La igualdad y equidad principios para velar que todos y todas sean iguales ante la ley y tengan las mismas oportunidades de progreso, en un marco de justicia distributiva de derechos y obligaciones, en lo particular la equidad y paridad como acción afirmativa entre los géneros masculino y femenino.
5. La identidad y pertenencia son principios de una izquierda democrática, moderna, plural, incluyente y eficaz, que recupere el tejido social con respeto a los valores, principios, idiosincrasia y cultura de los individuos y grupos sociales de las diferentes localidades y regiones de la entidad para arraigarlos a la productividad y desarrollo local.
6. La democracia y ética política deben posibilitar construir una sociedad democrática que respete las libertades, las garantías individuales, los derechos humanos y la justicia social, combatir la pobreza, la corrupción, las decisiones arbitrarias y autoritarias, construir los consensos sociales., económicos y políticos desde abajo mediante la participación de la sociedad organizada en las decisiones fundamentales, con absoluto respeto y honestidad a la construcción y operación de las políticas públicas.
7. La visión de que el poder público es una responsabilidad designada, perentoria y no patrimonialista, que en el combate a la pobreza los programas de gobierno no se utilicen económica y electoralmente en beneficio personal, grupal y partidario, con un real compromiso con la transparencia y rendición de cuentas.
8. La legalidad y legitimidad, siempre hay que actuar con la ley en la mano, de total respeto al estado de derecho, a la división de poderes y a los diferentes órdenes de gobierno del Pacto Federal.
9. La laicidad del Estado y la Educación, se debe respetar el Estado laico mexicano y la defensa de la educación pública, garantizando la libertad de pensamiento crítico, la obligación y gratuidad de la educación pública desde la preprimaria hasta la licenciatura.
10. La democracia y planeación participativa, estas herramientas de trabajo hoy en día la garantía de que nuestro sistema político los servidores públicos son sujetos de derechos y deberes irrenunciables, que la autoridad ejerce un poder designado y la voluntad de los gobernados es la única fuente válida de legitimación del poder, se debe  buscar el justo equilibrio entre la democracia representativa y la democracia directa o participativa, promoviendo de manera real y no simulada la participación integral de la sociedad en las tareas de planeación, programación, presupuestación, ejecución, evaluación y reestructuración de las políticas públicas de gobierno.