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La noche del próximo 14 de abril se cumplirán 100 años del hundimiento del Titanic. El 10 de abril de 1912 el súper barco de placer salió del puerto de Southampton, Inglaterra, con rumbo a la ciudad de Nueva York. Era el primer viaje del lujoso barco Titanic y decían que era imposible que pudiese hundirse.
Iban a bordo más de 2,200 personas entre tripulación y pasajeros pero cinco días después el “insumergible”, la noche del 14 de abril, se impactó con un enorme iceberg y después de más de dos horas de caos, mueren 1500 tripulantes en las frías aguas del océano atlántico. Hubo poco más de 700 sobrevivientes los cuales fueron rescatados cuatro horas después del impacto.
Se dice que el choque era inevitable pues el barco iba a toda velocidad. El Titanic medía 269 metros de largo y 28 metros de ancho con un peso de 45,000 toneladas.
El capitán del barco, Edward John Smith intento llegar antes de lo programado a nueva york y así sorprender al mundo de la gran velocidad que podía desarrollar el trasatlántico, además el cielo estaba muy oscuro y los vigías no pudieron detectar a tiempo el enorme tempano de hielo y la coalición fue inevitable, se abrió una brecha en la línea de flotación en el estribor de seis secciones. El barco se inundo de inmediato en menos de tres horas.
Se cree que la mayoría de los pasajeros murió de hipotermia. Este 10 de abril se cumplen 100 años del inicio de la única travesía del Titanic entre Inglaterra y los Estados Unidos de América. El próximo 14 de abril por la noche se cumplirán 100 años del hundimiento.
De entre las 1.500 víctimas del naufragio se rescataron 328 cuerpos. Entre ellos 119 estaban en mal estado y fueron devueltos al mar tras ceremonias religiosas. De los 209 que regresaron a tierra 59 fueron entregados a las familias y 150, que no fueron reclamados, quedaron enterrados en Halifax.
El cementerio de Fairview, donde reposan la mayoría de los muertos, está situado en una colina que domina el puerto. Una de las tumbas pertenece a un niño de unos dos años cuya identidad ha sido objeto de largas disputas y controvertidos exámenes genéticos. Finalmente fue identificado en 2007 como Sidney Godwin, un niño inglés que falleció con toda su familia en el naufragio.
