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Columna Política «elquenocae…», Por Leopoldo G. Arenas (27-III-17).- Durante un año, los Estados Unidos y el Mundo, han recibido una serie de mensajes, primero como promesas de campaña, hoy como intentos de gobierno.
Históricamente, los gobiernos republicanos, han devenido en fracasos económicos, después de los errores de Reagan y Bush padre, Willy Clinthon comenzó una era de prosperidad y abundancia, de hecho, al final de su gobierno, la opinión generalizada era que el trabajo más importante que tendría su sucesor, seria administrar la abundancia; no fue así, la llegada de Bush hijo sumergió al país en una crisis económica de repercusiones internacionales y que cambió por completo el nivel de vida de la población estadounidense.
Los demócratas canalizan las inconformidades y Obama con grandes dificultades y un congreso mayoritariamente en contra, implementa medidas dolorosas y regresa al país al crecimiento económico.
Las medidas no fueron fáciles y terminaron generando resentimiento en la población, sin importar la disminución en los niveles de desempleo que llegaron a términos de “empleo pleno” además de la recuperación de los niveles de vida de las clases medias; el partido republicano a través de un candidato carismático con un discurso populista, recupera el poder.
Hoy a poco más de dos meses de su toma de posesión, los Estados Unidos enfrentan diferentes frentes de batalla.
Si no fuera por el sistema de pesos y contra pesos que diluye el poder que pudiera llegar a tener una persona como su presidente, al día de hoy el país se encontraría en crisis en todos sus aspectos.
Pero parece que el titular del poder ejecutivo no lo alcanza a comprender lo que ocurre en su entorno, al vivir en un mundo de ensueño, está desligado de la realidad; muchos no alcanzan a comprender como es posible que un empresario exitoso de alcance mundial, desconozca principios básicos de economía, más importante aún, la manera en que funcionan las cosas en su nación y las repercusiones que tendrían de aplicarse sus proyectos, como ejemplo, el impuesto fronterizo, tema hoy de negociaciones.
Los Estados Unidos, es un país de alta tecnología e investigación, agrícola tecnificado y con una población acostumbrada al trabajo cómodo y bien remunerado; amantes de las compras y las novedades.
Son receptores de los excedentes de capitales del mundo entero y refugio ante épocas de inestabilidad.
Un porcentaje importante de los productos que consume su población, son fabricados en el resto del planeta, aprovechando la mano de obra barata y las materias primas que no se producen de manera interna.
El discurso populista utilizado para llegar al poder, prometió menores impuestos tanto a las empresas como a la población; eso representa menores ingresos para el funcionamiento del aparato de estado, ingresos que lógicamente se tienen que recuperar de otra manera.
Utilizando el discurso de “America First” le está haciendo creer a la población que generará empleos y que bajara los impuestos, con lo cual podrán comprar más y vivir aún mejor.
Lo anterior es una completa mentira, más de la mitad de lo que se consume, al ser producido fuera de sus fronteras, será afectado con este impuesto, lo cual repercutirá de manera importante en gran parte de los costos que paga el consumidor estadounidense, el incremento en los precios motivara que los trabajadores presionen en la búsqueda de mayores salarios para nivelar su poder de compra y estos incrementos repercutirán en un aumento de costo en los productos de fabricación interna; adicionalmente, los países que vean gravados sus productos, de manera refleja, aplicaran impuestos a los productos producidos en Estados Unidos, lo que disminuirá las exportaciones gringas y poco a poco redundará en desempleo.
Como podrán ver queridos lectores, de nueva cuenta un gobierno republicano, ahora entrampado en el cumplimiento de un discurso populista, está encaminando a los Estados Unidos a lo que puede ser una crisis económica y social más aguda que la presentada en los años 20s del siglo pasado.
Hoy en nuestro país, ante las elecciones que se avecinan, nos encontramos en el dilema, decidir entre progreso gradual o populismo inmediato.
Veamos lo que está sucediendo en el norte, recordemos los años de Luis Echeverría y Lopez Portillo y razonemos nuestras decisiones electorales, no nos dejemos llevar por la pasión ya que de ello depende nuestra estabilidad económica y el futuro de nuestros hijos, no repitamos de nueva cuenta la historia, condenando a una generación a la pobreza que vivimos durante casi 30 años para poder reparar los errores cometidos por estos dos personajes, quienes por cierto fueron maestros y mentores del líder que hoy, utiliza este lenguaje electoral.
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