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Morelia, Mich., 07 de marzo del 2013.- (Por Gerardo Espinosa) En medio de posturas ambiguas y manteniendo la “estrategia” de la negación sobre sus reales padecimientos, esto tras un año de estar negando que Fausto Vallejo padecía una enfermedad crónico-degenerativa, esta mañana el gobierno del Estado de Michoacán se vio forzado a reconocer que el político priísta está enfermo y por ende está imposibilitado para gobernar, informando que “estará ausente” de ocho días a un mes más.
De hecho el gobernador ha estado ausente de sus funciones desde hace una semana, después de que sufriera un desmayo al concluir una reunión de la Conago en la Ciudad de México, por lo que fue hospitalizado de urgencia en un Hospital de alta especialidad. En cuanto se tuvo conocimiento en la opinión pública del agravamiento de su estado de salud, el alud de rumores en las redes sociales no se hizo esperar, y las especulaciones sobre su salud se incrementaron.
Hubo portales de internet que referían una complicación respiratoria, otros hablaban de una caída y un golpe en la cabeza y las versiones que llegaron a Ahuizote.com referían de un infarto. Lo cierto es que Vallejo Figueroa está enfermo y no fue a hacerse un “chequeo de rutina”, como lo propaló su área de comunicación.
Esta mañana, el secretario de Gobierno y nuevo encargado del despacho, Jesús Reyna, Vallejo estará ausente de sus actividades por aproximadamente unos ocho días, sin embargo al comparecer con los medios nacionales, el vocero oficial, Julio Hernández Granados, informó que la ausencia podría ser superior a los 20 días. Fue la primer contradición.
Julio Hernández, contrastó en el plazo que tardará el gobernador en regresar a sus funciones y previó que será en unos 15 o 20 días. “La Constitución de Michoacán establece que solo cuando se trate de una ausencia superior de 30 días”.
El secretario adjunto de la oficina de gobierno y potencial delfín de Fausto Vallejo, Guillermo Guzmán, aseguró que no hay gravedad en la situación médica del gobernador, que es estable y solamente decidió ausentarse estos días para atenderse, “pero que las actividades en el gobierno van a seguir caminando como si estuviera presente el gobernador”.
En el diagnóstico del secretario de Salud, Rafael Díaz Rodríguez, derivado de la operación de hernia que se le practicó al gobernador Fausto en octubre del 2012, empezó a tener retención de líquidos en extremidades inferiores.
Un año de mentiras
Desde que asumió el poder el 14 de febrero del 2012, Fausto Vallejo puso en marcha una campaña para negar que padeciera de una enfermedad crónico-degenerativa basada en negar los señalamientos a su estado de salud. El tema de su enfermedad había sido explotado un años antes por su entonces adversaria rumbo a la gubernatura, la panista Luisa María Calderón.
A lo largo del 2012 se fueron presentando ausencias notorias del gobernador, tanto en eventos públicos como en las reuniones de trabajo. Inclusive la agenda pública del mandatario se redujo a lo mínimo y sólo realizó pocas giras al interior del estado.
Por varios meses su postura fue negativa, hasta que en el recorrido de la banda solemne del 30 de septiembre por el Natalicio de José María Morelos, se prendieron todas las luces rojas en el gobierno priísta. Vallejo se doblegó de repente y tuvo que ser cargado de envión por el secretario de Gobierno, Jesús Reyna y por el entonces presidente del Congreso, Víctor Silva, paradójicamente aspirantes a sucederlo pero que pertenecen a grupos políticos priístas contrarios a Vallejo Figueroa.
Entonces la versión de gobierno estatal fue que el gobernador “sufrió un fuerte acceso de tos». Ese día el gobernador se ausentó en varias ocasiones del balcón en done acompañaba al ex presidente Felipe Calderón.
Entonces el estado de salud del gobernador provocó una serie de especulaciones, que en todo momento fueron negadas por el gobierno estatal. En este sentido, el secretario de Gobierno, Jesús Reyna, afirmaba que las enfermedades que atribuyen a Vallejo no son más que especulaciones y aseguraba que el estado de salud de Fausto Vallejo era bueno y que el malestar sufrido fue “una complicación ligera”.
Días después el propio Gobernador dijo a los medios que es mentira que sufra alguna enfermedad y llamó patanes y mentirosos a quienes han difundido esa especie. Molesto, señaló que la vida privada de un funcionario se vuelve pública pero debe haber “límites y honorabilidad”.
El tema volvió a salir a flote en octubre, cuando el mandatario volvió a ausentarse varios días y se manejó la versión de que estaba internado en un hospital para tratamientos renales en Houston, en Estados Unidos.
En esos días, el área de comunicación de gobierno hizo circular una presunta entrevista en la cual Vallejo aseguraba que estaba bien y que ese día “voy a comprar unos pollitos a Trico”. Vía su cuenta de Twitter, escribía: “¡Aquí estoy y trabajando, porque además no andaba de parranda!”, s ante la ola de especulaciones sobre su estado de salud que se desató luego de varios días sin que tuviera actos públicos.
“¡Aquí estoy! ¿Qué mayor contundencia a los que ya hasta me mandaban flores? ¡Aquí estoy!”, exclamó el político priísta, quien afirmó que la información falsa sobre su persona cae por su propio peso y aseguró que “la gente que le dio cuerda” a los rumores han quedado como auténticos “patanes y mentirosos”, decía en octubre pasado.
Este día, tras un año de mentiras y falsedades, se colapsó la cortina mediática del gobierno de Michoacán y reconocieron públicamente la enfermedad del mandatario. Se podría señalar que este día marca el inicio del fin de su gestión y el banderazo de salida a la sucesión en la gubernatura.
