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Tienda Walt Mart, la principal empresa explotadora de mano de obra infantil: RJL

 

Por Gerardo Espinosa.-

En todas las tiendas que la trasnacional Walt Mart tiene en las principales ciudades de Michoacán, laboran alrededor de 4 mil menores de edad que trabajan como empacadores. La mayoría proviene de familias pobres y contribuye al ingreso del hogar, pero carecen de salario, contrato y prestaciones, sólo reciben propinas de los clientes, según datos de la Escuela de Formación Sindical.

El investigador en temas laborales, Raúl Jiménez Lescas, destacó que el crecimiento exponencial de la empresa de origen estadunidense también ha impactado en el cierre de miles pequeños negocios y tiendas de servicio en ciudades como Morelia, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro, Zamora y La Piedad, donde la empresa y sus subsidiarias como Aurrera, tienen presencia.

Jiménez Lescas enfatizó que el subempleo que Walt Mart “ofrece” a los menores de edad, está generando daños inclusive en el desarrollo de los menores de edad que trabajan como cerillitos en las cajas registradoras, toda vez que “los jóvenes, entre los 14 y 16 años de edad, que preferentemente son elegidos como aptos por la compañía para trabajar con ellos, en su mayoría estudia y el trabajo afecta su desempeño escolar. Aunque las autoridades de la Secretaría de Trabajo y la Secretaría de Educación estatal se desentienden de su situación, la Organización Internacional del Trabajo la considera un ejemplo de explotación infantil”.

Inmiscuida en un escándalo por el pago de sobornos para obtener permisos para construir tiendas, a fin de ganar dominio en el mercado mexicano, la tienda trasnacional tuvo un crecimiento imparable en Michoacán en los últimos tres años, con la apertura sólo en Morelia de al menos cuatro tiendas en diferentes puntos de la capital, así como su expansión hacia Uruapan, Zamora y La Piedad. A esto se añade la apertura de pequeñas bodegas Aurrera en las colonias más populares de las principales ciudades del estado, en particular en Pátzcuaro, en donde hace años se gestó un movimiento ciudadano para impedir su apertura.

Jiménez Lescas detalló que las fuentes de sus investigaciones son los propios reportes que la delegación de la Secretaría del Trabajo levanta en el estado, así como análisis que se hacen en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UMSNH.

El también historiador calcula que  por cada tienda Walt Mart laboran entre 50 niños o más en los tres o cuatro turnos en los que dividen la jornada laboral. Esto se agrava, ya que la empresa también “emplea” a personas de la tercera edad, de éstas últimas se carece aún de estadísticas.

“Es cierto que ahora a estos menores se les otorga un uniforme y se les facilita la posibilidad de cumplir con sus estudios, por que les ponen horarios; sin embargo, la explotación laboral sigue intacta, ejemplo de la precarización del trabajo infantil por las grandes cadenas comerciales y Grandes Empresas Multinacionales (GEM)”, destacó Jiménez Lescas

En el caso de los cerillitos, “no reciben salarios fijos, hecho que viola no sólo la Ley Federal del Trabajo, que cumpliendo con los requisitos estos menores deberían tener entre 14 y 16 años; haber terminado la educación primaria y contar con un certificado médico, además de un permiso para trabajar, que reconoce como trabajador sujeto de derecho a un trabajo digno y por lo tanto a un salario a los mayores de 14 años (Art.123, AII, AIII). El cinismo de los empresarios y las autoridades es tal, que dicho trabajo es manejado como programa de apoyo y orientación a jóvenes”, añade el investigador laboral.

Detalló que los jóvenes son presa fácil de dichos subempleos, toda vez que uno de los ganchos para atraerlos es la oferta de facilidades para adquirir productos relativos a su edad, como son celulares, juegos de video, ropa, películas y otros.

El investigador egresado de la Universidad Obrera de México destacó que en núcleos urbanos como Morelia, la proliferación de subempleos está a la alza, ya que de acuerdo a datos del Sistema DIF estatal establecen que al menos 90 mil niños michoacanos trabajan en las calles de la entidad (los datos del INEGI establecen más de 153 mil). No obstante, el DIF señala que 70 por ciento lo hace en condiciones de riesgo, mientras que 3 mil niños laboran en las zonas urbanas de Morelia, Zamora y el Puerto de Lázaro Cárdenas, y 30 por ciento desarrolla su actividad en las calles y lugares públicos.

Los cerillitos superan, según datos recabados por Jiménez Lescas, los cuatro mil menores de edad, solamente en las tiendas de Wal Mart  en el estado; hasta un 100 % más que hace seis años, cuando inició el sexenio de Felipe Calderón. No obstante, en los periodos vacacionales la demanda de autorización para trabajar en esta área se incrementa.

Los niños que trabajan como empacadores tienen que comprar el uniforme requerido por la empresa (cuando la ley obliga a las empresas a proveerlos sin costo) y muchas veces laboran más de las seis horas permitidas legalmente (hay tres turnos de seis horas cada uno).

Aunque la tienda está obligada a darles a los niños media hora de trabajo por media hora de descanso, en muchos casos (33%) trabajan más de 5 horas continúas, dependiendo de la afluencia de clientes. Casi la mitad reconoce trabajar doble turno para obtener más ingresos. Los niños no tienen vacaciones y si faltan tres días en el mes los dan de baja, aunque les permiten ausentarse si tienen tarea de la escuela. Cuando rompen una mercancía, ellos la tienen que pagar.

“Los empacadores de los supermercados  no tienen contrato, sueldo base ni prestación alguna, no obstante, son obligados por la empresa a cumplir requisitos formales como si fueran empleados, cubren horarios, cumplen responsabilidades y hasta son castigados si infringen las reglas. Su turno laboral es de seis horas, siempre de pie, y no sólo empacan, sino que hacen labores de mandaderos, de correo y hasta de limpieza”, refiere el investigador.

Añade que el perfil común de los llamados Cerillitos, es que provienen de familias de escasos ingresos, por la pobreza. Algunos son hijos de madre soltera y cuando se trata de familias tradicionales, el padre tiene un empleo precario; en el caso de las familias ampliadas son varios los que contribuyen al ingreso. En algunos casos, estos niños aportan entre 30 y 70% del gasto de sus casas.

El marco legal vigente es deficiente para regular las labores de estos menores, «permitiendo que las empresas se aprovechen de las circunstancias de vida de los niños para utilizarlas en su beneficio», afirmó Jiménez Lescas.

Emblema de la economía globalizada, Wal-Mart es una de las corporaciones trasnacionales más grandes del mundo y con mayor número de empleados (1.14 millones). Es la economía 19 del planeta, con ingresos anuales por 300 mil millones de dólares. Además, es la mayor empresa de ventas directas al consumidor en Estados Unidos, Canadá y México.

En México Wal-Mart controla ya más del 60% del mercado de las tiendas de autoservicio en México y casi 6% de las ventas al menudeo. Las prácticas de la empresa contradicen la ética empresarial y cualquier responsabilidad social, «impone condiciones a las comunidades donde se establece, a los proveedores, a los empleados, a la competencia y hasta a los gobiernos», destaca una investigación de la UAM citada por Jiménez Lescas.

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