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Gobernará conmigo la gente: AMLO en Tercer Grado


Morelia, Mich., 7 de junio de 2012.-
 Ocho periodistas intentaron seguir un diálogo ayer por la noche con el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador. El aspirante presidencial aceptó la invitación de televisa y se reunió con Leopoldo Gómez, Víctor Trujillo, Ciro Gómez Leyva, Denise Maerker, Adela Micha, Carlos Loret de Mola, Joaquín López Dóriga y Carlos Marín.

Andrés Manuel López Obrador, con serenidad, contestó básicamente todas las preguntas que le plantearon estos comunicadores, aún aquellas que intentaron mostrarlo como un hombre contradictorio y conflictivo.

De entrada Leopoldo Mendivil le mostró indicadores en donde intentó demostrar la imparcialidad de Televisa en el manejo de la información política de los candidatos. El candidato presidencial respondió a la vez que él tenía información diferente, realizada por una casa especializada en estos asuntos, y que con mucho gusto se las haría llegar.

Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín tocaron el tema de las encuestas. Gómez Leyva recordó la de la empresa Geoisa de hace seis años y el grado de exactitud con que dio los resultados finales. Carlos Marín mostró las coincidencias entre Consulta Mitosfky y Parametría en donde López Obrador va a la baja. El candidato recordó que en el 2006, el director de la empresa GEO-ISA se convirtió en el director del CISEN, órgano de espionaje de la Secretaría de Gobernación.

López Obrador recordó que su movimiento engloba a millones de mexicanos, y que a diferencia de hace seis años todas las casillas van a estar cubiertas por representantes de su candidatura para evitar posibles irregularidades.

Los comunicadores parecía que tenían la consigna de desacreditar las palabras del candidato. Joaquín López Dóriga cuestionó que ya empezara a hablar de fraude y que desconfiara del IFE. El tabasqueño admitió que así lo había dicho, pero que ahí estaban los miles de ciudadanos que participan en su movimiento para evitar que eso suceda, representantes de partido en esas casillas y observadores electorales. Y también respecto a la guerra sucia, anticipó que ya hay promocionales y que eso sucede porque están nerviosos.

-¿Usted cree en el IFE?-, le preguntó López Dóriga, -Creo en los ciudadanos-, respondió e inmediatamente comenzó a recordar que el modelo neoliberal puesto en marcha en 1983, lejos de mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, la ha empobrecido. Recordó que por eso habla de un cambio, pero con apellido, un “cambio verdadero”.

Adela Micha metió el tema del famoso “charolazo”. Como si fuera el único asunto de la conversación, insistió en voz en cuello una y otra vez que aceptara que fue su gente, autorizada por él quien pidió el dinero.

Andrés Manuel explicó, o intentó explicarlo en medio de la gritería que provocó el tema, que él no solicitó un sólo peso y que en todo caso fue el Luis Costa Bonini quien hizo la petición a los empresarios ahí reunidos. Intentó explicar, sobre poniéndose a la gritería de la señora Micha, que el mismo señor Creel organizador del evento, dejó muy claro que Andrés Manuel no había autorizado ninguna colecta. Pero el tema siguió provocando la histeria de la señora Micha.

La grita era tan intensa que el Candidato tuvo que imponerse y decir: “podrán decir de mí lo que quieran menos que no soy honesto”.

Eso sirvió para que le recordaran a René Bejarano, de quien López Obrador dijo que había ido a la cárcel y tenía seis años que no lo veía. Carlos Loret de Mola cortó el tema para iniciar una crítica de su administración como Jefe de gobierno del Distrito Federal. Con datos del INEGI afirmó que el Distrito Federal durante su gobierno mantuvo los niveles de pobreza. López Obrador le refutó con indicadores del CONEVAL, recordó el programa de apoyos para los adultos mayores, recordó la compra de vagones del metro para mejorar el transporte colectivo y otros hechos de gobierno para mejorar la vida de los capitalinos.

Los ánimos se calentaban, los comunicadores se arrebataban la palabra, hubo risas y respuestas airadas cuando Andrés Manuel dijo medio en broma que los presentes simpatizaban con Enrique Peña Nieto. Fue el acabose. Denise Maerker y Víctor Trujillo se deslindaron y la entrevista siguió a tropezones. En relación a su gobierno del Distrito Federal recordó que la compra más grande que se hizo fue la compra de 40 trenes con 400 vagones que costó 5 mil millones de pesos. Recordó que formó un consejo ciudadano para vigilar este proceso y dijo que no se había podido hacer esto antes por la corrupción del PRI en el poder y que tenía pruebas de ello.

Ciro Gómez Leyva el columnista de Milenio y conductor del programa de radio y televisión de esta empresa, con gesto adusto, con voz engolada de acusador, preguntó a López Obrador en base a una entrevista con Héctor Aguilar Camín, en el 2006 él había sostenido la necesidad de ocupar al ejército en tareas en contra del narcotráfico. Gómez Leyva que parecía bogado defensor de Felipe Calderón le reprochó que no l e haya dado ningún reconocimiento al Ejecutivo por eso mismo que propuso él, y que ahora sostenía prácticamente lo mismo. López Obrador contestó de inmediato, dijo que Calderón Hinojosa había actuado como dándole un garrotazo al avispero, sin conocimiento del problema y lo que el propuso, que de ganar la presidencia él dejará al ejército en las calles pero iniciará el análisis de las políticas de prevención.

“Yo sostengo que no se puede enfrentar la violencia con la violencia, el mal con el mal. Yo sostengo, -por eso hablábamos de economía-, que la violencia en México se agravó por la falta de desarrollo, por la falta de empleo, y por la corrupción imperante”, sostuvo López Obrador. Dijo que ellos van a resolver el problema con tres medidas. Primero con crecimiento económico, con creación de empleos; segundo: combate a la corrupción, mencionó que ha presentado a los que van a ser miembros de su gabinete y que son gente honesta y profesional; y “lo tercero es que haya eficacia en todo lo que tiene que ver con el combate a la delincuencia”.

Fue Joaquín López Dóriga quien puso en juego preguntas por demás importantes. Le preguntó qué pensaba del aborto, del matrimonio entre personas del mismo sexo, y sobre la legalización de las drogas. López Obrador respondió con serenidad. Dijo que respetará el marco legal en donde ya funciona el aborto y el matrimonio del mismo sexo, y que someterá a consulta ante la población para hacer extensivo este beneficio a todo el país. No se impondrán legislaciones ni puntos de vista. Lo mismo señaló respecto a lo que concierne a la legalización de las drogas.

Lo preguntado por López Dóriga sirvió para que López Obrador recordara que en su gobierno se impulsará una reforma política que incluya al marco político temas como el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular y, lo que es más importante, la revocación de mandato. En tal sentido dijo en cada dos años habrá de someter su permanencia en el cargo.

Con pocos minutos cerró Carlos Marín con una larga y poco inteligente pregunta que tiraba más bien sobre cómo le iba a hacer para estos asuntos de gobierno que más bien parecían de utopía. El candidato de las izquierdas, sereno, respondió que con la participación de la gente. No habrá decisiones en donde la gente no esté consultada, en donde la gente tenga voz y voto, finalizó.

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