Columna Política «Repercusiones», Por Samuel Maldonado B. (02-I-17).-¿Un año más, o un año menos? o como lo dice dice la Ley Campoamor que me permite usarla metafóricamente y que me sirve ahora para analizar la serie de estupideces gubernamentales que ha diario se generan en México, principalmente cometidas en los últimos tres sexenios (recordemos el asesinato de Luis Donaldo) y que han hecho crecer potencialmente las inconformidades de prácticamente todos los sectores sociales, tal vez con la excepción de aquellos que se han hecho inmensamente ricos robando o entregando las riquezas energéticas naturales o regalando prácticamente las empresas que ha tenido el Estado Mexicano a aquellos lacayos que perteneciendo al gobierno nacional han sido y actuado como gentes integradas del imperialismo económico internacional, al que las autoridades de México se arrodillan ante éste y con su letal conducta tramposa y desleal van acumulando fortunas, endeudando más y más al país sin dejar de cometer estupideces constantes en lo que consideran es “su gobierno”. Recordemos que algunos que tuvieron en su pecho la banda presidencial son lacayos actuales del imperialismo económico.
La anterior observación política me lleva Amor mío, a recordar al poeta Ramón de Campo Amor, quien escribiría acertadamente que: En este mundo traidor/nada es verdad ni mentira/ todo es según el color/ del cristal con el que se mira”.
Los gobernantes actuales, creen (ellos escribirían cren) y quisieran que los mexicanos les creamos sus ridiculeces y extravagancias cometidas y lo único que logran con sus trapacerías, acertijos y mentiras, es generar en la sociedad una conciencia burlesca y de cansancio hacía ellos. La arbitrariedad, su ligereza e incongruencia de sus actitudes, de sus equivocaciones pueriles, de sus descaros y desvergüenzas, han logrado que nos pitorreemos de ellos.
Desde luego que de entre los “gobernantes” actuales me es muy difícil calificar a alguno como algo brillante o excepcional. Seguramente que escarbando en la basura pueda encontrar a alguno a quien se pudiera rescatar y considerarlo como un preocupado por los mexicanos y por la enorme deuda heredada y que va in crescendo, desde gobiernos anteriores y por supuesto, por la situación de criminalidad que se vive debido a las bandas delincuenciales a lo largo y ancho del territorio todavía nacional. No descartamos que su preocupación sea por la pobreza de sus habitantes, pero fácilmente este tipo de gobernante pudiera contarlos con los dedos de una sola mano.
Debido pues a los comentarios anteriores, en todo el país hay un ambiente de cansancio y de repudio a las diferentes y superiores autoridades, quienes han ordenado a las fuerzas militares combatir el crimen organizado, mismas que crecieron por la tolerancia y ambigüedad con la que actuaban las dependencias a las que constitucionalmente les correspondía perseguirlas.
En fin, los gobiernos últimos, por sus múltiples disparates, dispendios, chanchullos y connivencia con el crimen organizado han provocado y lo siguen haciendo, que México entero se burle de los mismos, ya sea en Veracruz, Tamaulipas en Guerrero o Michoacán, o en cualquier región de las costas o de los desiertos norteños y más aun por las falsedades, la nulidad del pobre peñita que no ata ni desata y al que en el zócalo de la Ciudad de México innumerables veces, miles le han gritado majaderías. Así veo las cosas en México, Amor mío, y observo que se encuentra en un caos, mayor pobreza, incrementos energéticos abusivos, mentiras y engaños, venta y regalo de nuestra riqueza petrolera, olvidando que ésta había sido recuperada en 1938 por un insigne General, quien respaldado por las multitudes, logró que los Espantados Unidos respetaran su alta investidura.
El contraste del ayer con el de hoy, es enorme. El que pronto será en el vecino norteño, chamaqueo al oriundo del Estado de México, se burló de éste y ahora , el que va a llegar, amenaza a los que al Norte llegaron para quedarse en algunas de esas partes que fueron del territorio nacional.
En fin, Amor mío, gracias por tu compañía en todos estos largos años que terminan de repente, pero que más nos une.