Perfección es realidad, no publicidad

  Columna política SOBREMESA, por Antonio Soto.- Las acciones contra la inseguridad realizadas hasta hoy en día por el gobierno federal en Michoacán, así como en otras entidades de la República pretenden sin duda, abonar para que se mejore la imagen de un régimen político que ha mostrado muy serias y diversas fragilidades y deficiencias en prácticamente todos los asuntos del país, empezando por el aspecto económico, el cual sigue estancado, sin que llegue aún el tan ansiado crecimiento, ni los empleos derivados de este y por lógica aún menos el mejoramiento de los ingresos de la población en general. También ha sido imposible – a pesar de la implementación de diversos programas sociales, entre los que destaca la Cruzada Nacional Contra el Hambre – disminuir la miseria y la pobreza de más de la mitad de los mexicanos; y por supuesto en el aspecto de seguridad, en el primer trimestre del año, este ha mostrado un incremento en casi todos los indicadores, particularmente en los delitos de alto impacto, tales como el secuestro, la extorsión, robos y asaltos con o sin violencia, a pesar de que hubo una ligera baja en la tasa de homicidios (ligados al crimen organizado), de allí en fuera, las cifras son verdaderamente desesperanzadoras.

Son muchas las mediciones de distintas instituciones, unas oficiales y otras no, que marcan una tendencia inequívoca en la falta de resultados efectivos en materia de seguridad, sobre todo en aquellos delitos que más afectan y reciente la población. A pesar de la captura y abatimiento de importantes criminales, de la desarticulación de algunos carteles, de la canalización -para este rubro- de cantidades extraordinarias de recursos del erario, así como de una intervención destacadísima de las fuerzas armadas, la población no termina por alcanzar la tranquilidad y la paz que cotidianamente demanda. La falta de resultados del gobierno en esta materia explica porque el 72.4% de los mexicanos mayores de 18 años se sienten inseguros y 70.2% considera poco efectivos los trabajos que las autoridades han realizado para prevenir  y combatir la delincuencia, según la Encuesta Nacional de Seguridad Publica Urbana del INEGI, dada a conocer hace unos días.

Ya son varias las entidades del país que están fracasando en el combate de este fenómeno delictivo, las que han empezado a pedir desesperadamente auxilio al gobierno federal, incluso para que este les apoye al combate de los delitos comunes que son de su propia competencia. Tamaulipas, Estado de México, Morelos, Tabasco, Sinaloa, Veracruz, entre otros, están viviendo momentos de violencia e inseguridad tan angustiosos como los que se han vivido en Michoacán en los últimos años. Lo cierto es que día a día se han disparado los índices delincuenciales y aún con ello uno se pregunta: ¿Puede el gobierno federal mejorar su imagen publicitando detenciones de capos y funcionarios públicos?, por lo que dicen las encuestas parece ser que no. ¿Por qué la gente se percibe insegura a pesar de los logros que presume el gobierno a través de los medios de comunicación?, sin duda porque la delincuencia y los delitos jamás se extinguirán de manera mediática y propagandística si no hay resultados reales, tangibles, palpables y perceptibles por la gente. Mientras la sociedad siga siendo víctima de estos ilícitos en su ciudad, en su pueblo, en su comunidad, en su colonia, en las calles, en las carreteras, en cualquier parte, entonces con toda razón nadie podrá asegurar que la estrategia de seguridad está teniendo éxito, por más que se despliegue toda una estrategia mediática de cifras alegres.