Por Gerardo Espinosa
El PRI nunca se fue realmente, sino que soltó la silla presidencia pero se mantuvo vigente en las prácticas anti democráticas que se acrecentaron con el PAN, además de estar presente en la cultura de la corrupción, en la administración de los sectores sociales más pobres como capital electoral y en el juego perverso de los vínculos con grupos criminales. «Durante 12 años el PRI afinó los detalles para retornar a Los Pinos, sólo renovaron candidato, pero el partido no ha cambiado y regresa con sus viejas prácticas, incluso con mayores sospechas» de ligas con los poderes fácticos, enfatizó el académico nicolaita Eduardo Nava.
Doctor en Ciencias Políticas por la UNAM y profesor de la Facultad de Economía, Nava Hernández enfatiza que el PRI que volverá a Los Pinos encontrará una sociedad más polarizada y empobrecida por la radicalización del modelo neoliberal, pero enfatizó que el otrora partidazo se encontrará con tres tipos de sociedad, tres países que conviven al interior: un sector económicamente poderoso pero minoritario, que vive en pequeños cotos de confort y alejado de vaivenes sociales; un sector mayoritario, sumido en dificultades económicas y que padece las expresiones de violencia por los poderes fácticos, pero que es pasivo en el activismo político, y un tercer grupo, aun no mayoritario, pero que va creciendo, que es donde subyacen los mayores niveles de preparación educativa y cultural, además de que le apuesta a la participación política y social.
-¿Cuál es el PRI que regresa a Los Pinos?
-El que regresa es el mismo PRI que se fue en el año 2000, e incluso posee mayores sospechas en algunos sentidos de vínculos con grupos criminales. Realmente, el PRI nunca se fue, porque si bien no ocupaba la Presidencia de la República, había bastantes acuerdos entre las altas esferas del gobierno Federal panista y los grupos del PRI, prueba de ello es que en posiciones clave, como la Secretaría de Hacienda, sus titulares eran pactados con la sociedad política priísta. En estos doce años observamos una especie de camaleonismo entre PRI y PAN, por la conversión de viejos cuadros priístas al panismo, como Diodoro Carrasco. Luis Téllez, y Javier Lozano, entre otros.
En todo este tiempo el PRI sólo afinó detalles para preparar el regreso, ya que sólo cambio de candidato, pero el partido sigue igual, ya que lo que han dado a llamar como el nuevo PRI no se ha deslindado nunca de las viejas prácticas, de la cultura de la corrupción, en el uso de recursos para controlar la pobreza con objetivos electorales, y ahora el juego perverso de los vínculos con grupos criminales.
-¿El modelo económico priísta es la solución para el país?
-Ese es el aspecto más preocupante, ya que queda demostrado que hubo una coincidencia plena entre los dos partidos de la derecha en México, como es el PRI y el PAN en materia económica y ahora en el nuevo congreso harán mancuerna para sacar las llamadas reformas estructurales. Si bien, durante el periodo de Calderón hubo factores coyunturales que impidieron que salieran esas reformas, y recordemos el tema de Pemex o la nueva Ley Federal del Trabajo. Todo hace indicar que tanto priístas como panistas buscarán imponer a toda costa el paquete de reformas que exige el gran capital, el cual invirtió grandes sumas de dinero para estas campañas electorales.
Si bien, las fuerzas progresistas ocuparán la segunda posición en la Cámara de Diputados, bastará con los votos de los partidos de derecha para sacar adelante el paquete de reformas. Por lo que se nos vienen la reforma energética, con la apertura parcial de Pemex al capital privado; la reforma fiscal, que se reduce gravar con IVA a alimentos y medicinas, sin tocar los grandes privilegios fiscales a las grandes empresas y su evasión; además de la reforma laboral, que es abatir las conquistas sindicales y la flexibilización de los derechos, prestaciones y obligaciones patronales.
-¿Qué tipo de sociedad encontrará el PRI en su retorno?
-Durante 6 años la sociedad mexicana ha vivido episodios traumáticos, derivado de la guerra que Felipe Calderón emprendió contra los grupos del crimen organizado y donde se ha vivido un proceso de militarización del país, lo que ha violentado y polarizado a la nación. Pero este escenario es muy previsible que no se modifique con la llegada del PRI, ya que se puede advertir que Enrique Peña Nieto mantendrá al ejército en las calles, pero la situación se puede agravar ahora con la confrontación a los enemigos políticos. Si décadas atrás observamos la irrupción de organismos represivos del estado a quienes se consideraban enemigos y opositores, como fueron Los Halcones o el Batallón Olimpia, ahora algunas de las organizaciones priístas podrían tomar la batuta del ataque frontal a sus adversarios.
Pero también el PRI chocará con un país que cambio en 12 años y no por las políticas panistas, sino por la transformación social. Existen tres tipos de sociedad, tres países que conviven al interior: un sector económicamente poderoso pero minoritario, que vive en pequeños cotos de confort y alejado de vaivenes sociales; un sector mayoritario, sumido en dificultades económicas y que padece las expresiones de violencia por los poderes fácticos, pero que es pasivo en el activismo político, y un tercer grupo, aun no mayoritario, pero que va creciendo, que es donde subyacen los mayores niveles de preparación educativa y cultural, además de que le apuesta a la participación política y social.
Éste último es el que vio en Andrés Manuel López Obrador una posibilidad de cambio, y seguirá activo.
-¿Se prevén cambios en la política educativa con el PRI?
-Lo que se ve es que Peña Nieto no está dispuesto a tocar el cacicazgo del magisterio que encabeza Elba Esther Gordillo y por ende, las cosas se mantendrán como están.
El PRI buscará implementar proyectos tecnocráticos en el sector, pero con el objetivo de implementar modelos que sirvan a los intereses económicos. Podremos ver con mayor certeza la mano de empresas privadas en la búsqueda de controlar la educación pública. A los maestros se les seguirá utilizando cono objetos de manipulación política, sin embargo la resistencia se hará más grande. Puedo ver un dique progresista en México que resistirá al “nuevo PRI” y estará presente para hacer los contrapesos y encabezará las movilizaciones.