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Por Víctor Ardura.-
En nada ayuda, por supuesto, el mantener clausuradas las instalaciones universitarias. Son medidas extremas que afectan la vida estudiantil. Hoy, hace unas horas, la Coordinadora de Universitarios en Lucha volvió a tomar Ciudad Universitaria y fuentes cercanas al conflicto nos informan que están suspendidas las negociaciones entre el gobierno del estado y los estudiantes.
Complejo panorama a un problema que tendría que revestir el oficio político. Los 10 estudiantes recluidos en el Penal David Franco Rodríguez, procesados por daños a las cosas, en este caso vehículos propiedad del gobierno del estado, parece que se quedarán dentro lo que resta del largo puente diseñado y aprovechado por los profesores para celebrar su día.
Son preocupantes los tics que nos ofrecen dos personajes de la vida pública. El primero, el rector Salvador Jara Guerrero en comunicado de prensa llama a la cordura primero y más tarde, a la abierta y peligrosa confrontación, al hacer un llamado “a estudiantes, profesores, trabajadores, moradores de casas del estudiante, egresados y sociedad en general a establecer un pacto en defensa de la Universidad Michoacana y exigir que se liberen todas las instalaciones de manera inmediata”.
El segundo personaje es el Coordinador de Comunicación Social, Julio César Hernández Granados. Informa el diario El Universal, afirma que no va a haber una libertad (la de los estudiantes, por supuesto) a cambio de nada, según el funcionario deberán entregar un documento, un compromiso por Morelia, en el que adopten el acuerdo de respetar esta ciudad capital y permitir la revisión de las casas del Estudiante, si no que lo olviden.
El funcionario aseguró que están analizando entre los miembros de la CUL y los miembros de la Casa del Estudiante llegar a un acuerdo y presentar concensuado y firmado dicho compromiso. Al gobierno del estado no le interesa mantener presos a los estudiantes, tampoco a la sociedad, pero la libertad no les va a salir de oquis, parece decir.
Al ser interrogado sobre plazos, contestó: “no va a haber una libertad a cambio de nada.”Julio Hernández Granados revela así dos cosas: primero o efectivamente esa es la postura del gobierno del estado lo cual implicaría una grave injerencia en la autonomía universitaria (revisión de las casas del estudiante) o el Coordinador se fue alegremente por la libre y por segunda ocasión ha sido indiscreto cuando lo que se requiere en este expediente es la mesura y el informar correctamente.
Resultado de todo eso es que las cosas están en un compás de espera, la Universidad sigue tomada, y si bien las movilizaciones disminuyeron por el puente vacacional, es muy probable que si no hay acuerdo las cosas se radicalicen, y que los “chavos”, como llama Hernández Granados a los estudiantes entren en una posible etapa de radicalización.
