¿Gobierno persecutorio?

Por Víctor Ardura.-

Hay una especie de primitivismo político metido muy en los genes de los priistas. Por supuesto, las generalizaciones son abusivas, pero sorprende que después de tantos años de alternancia de concurrencia de prácticas necesarias, de convivencia en parlamentos de distintas fuerzas políticas, aún pervivan prácticas como el deseo irracional de perseguir al adversario político, aunque se tenga para ello que dividir y meter encono un territorio o la nación.

Después de que concluyó el mandato del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, cuyo estilo de Gobierno permitió el adelanto de proyectos sociales y la cultura, entró al relevo Luis Martínez Villicaña, un político de los de antes que había sido Secretario de la Reforma Agraria. Dipsómano de rencores fáciles y decisiones apresuradas, intentó borrar desde el ejercicio del Gobierno todo lo que oliera a cardenismo.

Su afán fue más allá que lo sucedido en el sexenio de Agustín Arriaga Rivera, pues sus guardias pretorianos buscaron dependencia por dependencia, espiaron, buscaron informes y mucha gente se quedó sin trabajo.

Eran los años en que las fuerzas progresistas, las fuerzas de izquierda, llevarían a la candidatura de la presidencia en 1988, y en Michoacán se formarían los cuadros que pondrían en tela de juicio la actuación del priista Martínez Villicaña, eran los años en que muchos militantes de esta naciente fuerza fueron asesinados y perseguidos. Al final este Gobernador priista no pudo terminar su mandato y entró a relevarlo una figura más conciliadora y tolerante: Genovevo Figueroa Zamudio. Menciono este referente porque es indispensable para entender lo que sucede en Michoacán en estos momentos. De nueva cuenta soplan vientos de persecución. La carta enviada por Leonel Godoy Rangel, exgobernador de Michoacán, lo advierte de manera clara y sustentada.

En primer lugar la famosa Comisión de la Verdad, o más bien habría que decir la Comisión de Fausto, fue integrada mediante un acuerdo administrativo que intenta sustituir lo que establece la Constitución y las funciones de la Auditoria Superior de Michoacán, de la Federación y del mismo Poder Legislativo. El mismo Congreso del Estado ha hecho la glosa del ejercicio de Gobierno de Godoy Rangel y sus conclusiones están ahí. La Auditoría Superior de Michoacán a petición del Poder Legislativo está en condiciones de dar a conocer la Cuenta Pública hasta el 30 de diciembre de 2011, y si el Pleno del Poder Legislativo lo solicita la de enero y hasta el 14 de febrero. Todo transparente. La Comisión de Fausto, cuyos integrantes todavía no conocemos pero sabemos que hay gente cercana al Gobernador y despachos contables que se quieren independientes, no tienen ningún valor legal aunque sí mediático.

En un momento de su carta, Godoy Rangel se pregunta y con razón ¿Qué hubiese sucedido si en estos diez años de Gobierno de izquierda se hubiese integrado un Comité de la Verdad, que investigara, por ejemplo, la persecución de militantes cardenistas o perredistas? Si no mal recuerdo el abogado Eudoro González Vázquez realizó una investigación y hasta ahí quedó el asunto. Ni Lázaro Cárdenas Batel ni Leonel Godoy Rangel se dedicaron a perseguir priistas, aunque si dedicaron sus afanes a hacer lo que no se hizo durante 70 años de gobierno de estas siglas.

Pareciera olvidarse que hay un Michoacán antes y después del PRI. En algún momento he recordado los importantes avances que se hicieron en obra pública, y los empleos generados, las políticas sociales que no había visto en ninguna administración priista, (que alguien me contradiga si en los tiempo de Víctor Manuel Tinoco Rubí, Ausencio Chavez, o Luis Martínes Villicaña se estructuró un programa de participación ciudadana como CODECOS, por ejemplo). Los gobiernos de izquierda, congruentes con su ser y estar, dedicaron su ejercicio público a mejorar la calidad de vida de la gente. No hubo persecución ni ánimo persecutorio. Yo no recuerdo que alguna persona haya sido echada de su trabajo por militar en el PRI. Incluso el priista STASPE cuyo líder de apellido Ferreyra dedicó sus afanes a crearle problemas a la administración estatal, recibió con estas dos administraciones prestaciones y aumentos salariales que serían impensables en los gobiernos priistas, asunto del que hablaré pronto con cifras en la mano.

Van casi tres meses de Gobierno y esta administración ha gastado esfuerzos enjundiosos en desdorar al anterior Gobierno, en mal informar a la opinión pública con el asunto de la deuda, y en perseguir a quienes en la administración son perredistas o participaron en el anterior gobierno. Un ejemplo menor es lo que sucede con los trabajadores de base que la obtuvieron gracias a Leonel Godoy Rangel.

Déjeme explicarle cómo sucede esta roña de comportamiento. En la Consejería Jurídica se llama al trabajador, digamos del nivel 2, se le propone o exige que renuncie a su base, y si el ciudadano se niega a ello le hacen la vida imposible. ¿Cómo? Supongamos que este trabajador de nivel dos tiene estudios superiores, y puede desempeñarse eficientemente en trabajos administrativos o de oficina, pero el nivel 2 corresponde tabularmente a empleados de mantenimiento. En consecuencia, en lugar de ubicarlo donde pueda desarrollar sus potencialidades, a este hombre lo ponen a barrer y a trapear o a hacer mandados; y podría narrar otros ejemplos similares.

Aún en una democracia imperfecta como la nuestra, la única certeza es la alternancia. Al Gobierno de Vallejo Figueroa le restan poco más de tres años y es lamentable observar cómo en lugar de conciliar a los michoacanos empeña sus esfuerzos en dividirlos y en dejar para después un plan de desarrollo, un esqueleto del cual partir para dejar una obra de Gobierno que mejore la calidad de vida. Por eso es pertinente la carta dada a conocer por Godoy Rangel. Sería una tontería que de nueva cuenta viviéramos la persecución política emprendida desde el mismo Gobierno.