Luis Téllez

La Bolsa Mexicana de Valores, en tanto institución, es un referente financiero  que de alguna manera mide el pulso de la economía. Sus corredores, analistas, inversionistas y empresas cotizantes siempre se han conducido con el debido profesionalismo y seriedad. Este perfil ha permitido enfrentar por lo menos tres crisis importantes, y entendemos por crisis cuando el Índice de Precios y Cotizaciones llega a niveles catastróficos. Con todo, y cual ave de tempestades, su actual director Luis Manuel Enrique Téllez Kuenzler, amenaza con desbaratar el sólido prestigio de esta institución.

Téllez, por si usted no lo recuerda, tuvo que abandonar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por una grabación en donde se le escuchaba aportar datos y señales de prácticas poco claras atribuibles al clan Salinas. Ahora, y al frente de la BMV, los analistas le atribuyen el más costoso error que sobredimensionó en el mercado la correduría de una empresa de nombre Bulltick Casa de Bolsa. Yerro que afectó a no pocas emisoras. Muchos analistas atribuyen a esta inusual incompetencia a algo más que un error: afirman que Luis Téllez permitió que esta casa de Bolsa entrara al mercado sin los debidos controles, y hay quienes afirman sólo prácticas de corrupción pueden explicar lo sucedido con Bulltick.

Otro expediente no menos explosivo es lo que sucede con la emisora Wal-Mart. El muy profesional e influyente The New York Times publicó en sus páginas que esta empresa ha realizado en México diversas prácticas de soborno que le han permitido el cambio de mapas, el desvanecimiento de objeciones ambientales, y la objeción ultra rápida de permisos que normalmente llevan meses. Wal-Mart en tanto emisora de la BMV ha registrado pérdidas importantes y no es un referente confiable para los inversionistas.

Sin embargo, Luis Téllez, Presidente de la Bolsa, sale en su defensa, arguye que es una empresa importante para la economía y con ello ensucia su ya de por sí cuestionado liderazgo al frente de la BMV. La permanencia del ex funcionario Federal pende de un hilo. No es lo mismo el servicio público que estar al frente de un organismo financiero tan importante como la Bolsa Mexicana de Valores.