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Este viernes en Filipinas decenas de personas acudieron a la representación de Semana Santa, para ser testigos de los rituales extremos que se llevan a cabo en las calles del norte del país.
SDP noticias en línea informa que en San Pedro Cutud, en la localidad de San Fernando a unos 70 kilómetros al norte de Manila, se dejaban observar los fieles que acompañaban la procesión con diversos penitente con una corona en la cabeza, con un pañuelo en el rostro y se flagelaban de manera contante. Unas diez personas más fueron crucificadas, mismas que representaron de manera fiel el relato escrito en la Biblia.
El protagonista de esta ocasión, se lama Ruben Enaje un pinto de señales de 53 años de edad, quien se ha estado crucificando por vigésima-octava ocasión en la enorme cruz de madera; desde 1986 Enaje comenzó este peculiar acto en agradecimiento a Dios por haber sobrevivido a una caídadesde un segundo piso.
«Siempre es doloroso y sangriento, la peor parte viene cuando hay que retirar los clavos y curar las heridas, que se cerrarán por completo uno o dos meses después”, indicó Ruben Enaje.
En tanto, la iglesia de Filipinas no apoya este tipo de actos los califica de innecesarios ya que tan solo se debe reconciliarse con Dios a través de confesiones, rezos, servicios a la comunidad o actos de caridad, así lo afirma un arzobispo.
