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Mensaje de la Diputada Cristina Portillo Ayala, con motivo del inicio de sesiones del tercer año de la LXXIV Legislatura
Morelia, Mich., 15 de septiembre del 2020.- En pleno siglo XIX, quien fuera quizá el más grande tribuno que ha dado nuestro estado, don Melchor Ocampo, creía que el poder legislativo tenía un fin fundamental «hacer reinar la igualdad ante la ley, la libertad sin desorden, la paz sin opresión, la justicia sin rigor, la clemencia sin debilidad: demarcar sus límites a las autoridades supremas de la Nación: combinar éstas, de modo que su unión produzca siempre el bien y haga imposible el mal: arreglar la marcha legislativa poniéndola al abrigo de toda precipitación y extravío: armar al Poder Ejecutivo de la autoridad y decoro bastantes a hacerle respetable en lo interior, y digno de toda consideración para con los extranjeros: asegurar al Poder Judicial una independencia tal que jamás cause inquietudes a la inocencia, ni menos preste seguridades al crimen”.
Ocampo pensaba en la misión del hombre sobre la tierra, y para él esta misión era la de hacer el bien común y propagar la libertad en toda su mayor y más aceptable latitud; así, la política tenía necesariamente que formar parte de sus creencias íntimas. Consideró también a la Filosofía como el medio por el cual el hombre es capaz de comprender lo que significan el respeto a la dignidad y los derechos humanos, es por ello que nuestro Congreso debe honrar el legado de este gran michoacano.
Este poder tiene el enorme reto de seguir dotando de vitalidad a la vida democrática de nuestro estado. Lo lograremos en la medida en la que sigamos impulsando al Estado de derecho como instrumento de realización de anhelos y sueños colectivos. Estamos obligados a darle a las leyes que rigen nuestra vida en sociedad, el espíritu de protección y amparo a los más humildes, de equilibrar las desigualdades y de buscar la armonía entre todas y todos los michoacanos.
Debemos también anquilosar la diversidad de posiciones políticas y de pensamientos que aquí están representados y que son un fiel reflejo de la pluralidad de la sociedad michoacana. Esta amplia riqueza puede ser, sin embargo, una amenaza si no es bien conducida; podemos caer en la lamentable idea de politizar o generar enconos en temas en los que los michoacanos nos exigen resultados y no confrontación. La pandemia ha despertado esta tentación malévola en algunos, pero pronto la opinión pública coloca a cada quien en su lugar. Estamos frente a la gran posibilidad de demostrar a la ciudadanía del estado, que tenemos talento y altura de miras para colocar nuestras diferencias de lado, cuando se trata de poner por delante el bienestar de los michoacanos.
Unidad y esfuerzo, pluralidad y respeto, trabajo y gran visión, deben ser los baluartes que ayuden a esta soberanía a conducirse en medio de los retos que nos ha impuesto la contingencia sanitaria. Debemos tener la creatividad suficiente para adaptarnos a las necesidades de los michoacanos, para corresponder a la difícil situación económica que ella ha traído, para mostrar empatía con las grandes mayorías que sienten incertidumbre sobre el futuro. En medio de esta situación, el Legislativo debe ser el ancla que permita a los michoacanos mirar al porvenir, debemos de dotar de certezas a las grandes mayorías.
Amigas y amigos compañeros de legislatura, el mandato de la ciudadanía nos ha impuesto una agenda de transformaciones urgentes y necesarias para reconstruir al estado de bienestar y cancelar el nefasto neoliberalismo que dejó un legado de marginación y violencia. Los cambios constitucionales de esta agenda nos exigen reflexionar y actuar con celeridad como parte del constituyente permanente. Sin embargo, también debemos tener en mente la agenda propia de los michoacanos. Las particularidades de nuestra entidad deben ser también parte de las prioridades de nuestro congreso, más aún de cara a la discusión sobre el presupuesto que tendremos en los siguientes días.
Enhorabuena a todas y todos y deseo verdaderamente que los días que están por delante, que nuestras discusiones y deliberaciones sean para bien de las y los michoacanos.
