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Morelia: La factura de la deuda y en fin de la liquidez (Columna Política «Bajo la Lupa»)

*MORELIA: LA FACTURA DE LA DEUDA Y EL FIN DE LA LIQUIDEZ.
*EN EL PRI: ¿AGENDA LEGISLATIVA O AGENDA DE AUTOAYUDA?
*RAMÍREZ BEDOLLA Y LA INESPERADA “GIRA DE MEDIOS”
*MISCELÁNEA POLÍTICA.
Columna Política «Bajo la Lupa», Por Armando Saavedra (13-X-2025).- Fitch Ratings bajó la calificación crediticia del municipio de Morelia de A+(mex) a A-(mex) y mantuvo la Perspectiva Negativa. La degradación no es un accidente coyuntural, sino el reflejo de un deterioro estructural en las finanzas municipales: 81% del presupuesto se destina a gasto fijo —principalmente nómina y servicios—, dejando apenas 19% para inversión pública, la cual depende de deuda y transferencias federales. La calificadora advierte que la liquidez alcanzó niveles históricamente bajos y que el Ayuntamiento ha recurrido de manera intensiva a créditos de corto plazo, al límite de lo permitido por la Ley de Disciplina Financiera.

Al 30 de junio de 2025, la deuda directa de Morelia ascendía a 256.1 millones de pesos: 144.5 millones en créditos de corto plazo con Afirme, uno de ellos con vencimiento en octubre de este mismo año, y un financiamiento con Banobras bajo el esquema Banobras–FAIS que compromete 25% de los recursos federales destinados a infraestructura social hasta 2027. El problema es que estos créditos no se destinan a nuevas obras, sino a cubrir compromisos previos y a sostener una operación municipal cada vez más asfixiada.
La oposición en Cabildo ha cuestionado con razón la insistencia de la administración en solicitar más deuda de corto plazo, pese a que Fitch advierte que el municipio no tiene capacidad de aumentar sus ingresos propios. La pregunta es inevitable: ¿de dónde saldrá el dinero para pagar esos nuevos créditos? Los ingresos propios están estancados, las participaciones federales dependen de fórmulas que Morelia no controla y el margen de endeudamiento está prácticamente agotado.
A esto se suma un pasivo con proveedores que, según distintas versiones, podría superar los 800 millones de pesos, aunque no existe transparencia plena sobre su monto real. El antecedente del crédito fallido con BBVA en 2022 —autorizado por Cabildo y Congreso pero nunca registrado en la UCEF— dejó a muchos constructores sin pago y explica parte del rezago actual.
Hoy, varias dependencias municipales operan con lo mínimo: sin combustible, sin programas de apoyo rural, sin inversión en obra pública. El gasto político en operadores territoriales y programas clientelares drenó recursos que no generaron inversión productiva. El resultado es un municipio atrapado entre la presión de la nómina, los compromisos con proveedores y la imposibilidad de acceder a financiamiento fresco sin comprometer aún más sus ingresos futuros.
La degradación de Fitch confirma lo que ya se percibía en la calle: Morelia pasó de ser un municipio con reputación de buen manejo financiero a uno en “endeudamiento en observación” por la Secretaría de Hacienda. El dilema es claro: si pide más deuda, compromete aún más su futuro; si no lo hace, enfrenta parálisis operativa y riesgo de incumplimiento. La ciudadanía debe preguntarse si la deuda que se contrata hoy servirá para mejorar la ciudad o solo para tapar los huecos de una administración que perdió el control de sus finanzas.
En suma: la factura de la deuda ya alcanzó a Morelia, y lo que está en juego no es solo la calificación crediticia, sino la viabilidad misma de su gobierno municipal. Consultada al respecto la autoridad municipal, si había algún posicionamiento respecto a este tema y la respuesta fue el silencio.
EN EL PRI: ¿AGENDA LEGISLATIVA O AGENDA DE AUTOAYUDA?
El Grupo Parlamentario del PRI en el Congreso de Michoacán ha presentado su Agenda Legislativa con bombo, platillo y apenas dos diputados. Sí, dos. Y aunque el documento presume una ruta clara para enfrentar los grandes desafíos del estado, lo cierto es que sin músculo parlamentario, sin alianzas estratégicas y sin capacidad de negociación real, esta “agenda” parece más bien un ejercicio de autoayuda institucional.
Entre sus ejes se habla de revisar el sistema penal, fortalecer el marco legal y cerrar vacíos institucionales. Todo muy loable, pero ¿cómo se pretende lograrlo desde una bancada que apenas alcanza para pedir la palabra? ¿Acaso creen que con voluntad discursiva se reforman códigos, se tipifican delitos o se transforman realidades?
La propuesta incluye también protección animal, igualdad sustantiva, transparencia presupuestaria, desarrollo sostenible y fomento a la juventud. Es decir, una agenda maximalista, sin priorización, sin ruta legislativa clara y sin cálculo político. ¿Quién la va a aprobar? ¿Quién la va a dictaminar? ¿Quién la va a defender en comisiones?
Pero el problema no es solo numérico. Es también de solvencia política y calidad moral. Porque cuando el dirigente estatal del PRI —que también es diputado y parte de esta “fracción legislativa”— se vuelve viral por repartir caguamas desde su “memocarrito” en plena vía pública, ¿qué interlocución seria puede tener con otras fuerzas políticas? ¿Qué diputado querría negociar el avance de una iniciativa priista cuando el proponente carga con ese tipo de antecedentes?
El PRI en Michoacán no solo enfrenta una crisis de representación, sino una crisis de credibilidad. Y si no corrige el rumbo, está en riesgo de perder su registro en 2027. Porque una agenda legislativa no se sostiene con discursos, sino con estrategia, interlocución y liderazgo. Y hoy, el PRI carece de los tres.
La única vía viable sería una labor de cabildeo parlamentario de alto nivel, con inteligencia política y capacidad de interlocución con el oficialismo. De lo contrario, lo que hoy se presenta como “agenda legislativa” no pasará de ser un documento de buenas intenciones, condenado a la irrelevancia discursiva.
La pregunta de fondo es: ¿quiere el PRI incidir o simplemente figurar? Si lo primero, que empiece por construir alianzas, ceder protagonismos y negociar con inteligencia. Si lo segundo, que al menos reconozca que esta agenda es más un manifiesto que un plan legislativo.
RAMÍREZ BEDOLLA Y LA INESPERADA “GIRA DE MEDIOS”
En política, los gestos comunican tanto como los discursos. Por eso resulta llamativo que, al inicio de su quinto año de gobierno, FREDY RAMÍREZ BEDOLLA haya decidido salir de su despacho y emprender lo que en el argot se conoce como “gira de medios”: entrevistas especiales con comunicadores seleccionados y encuentros con generadores de opinión pública.
No es un formato habitual en su estilo de comunicación, más bien reservado y dependiente de boletines oficiales o transmisiones institucionales.
¿Por qué ahora? De entrada es de congratularse con la medida, empero, la respuesta parece estar en los números. Diversos estudios demoscópicos lo colocan de media tabla hacia abajo, y en algunos casos entre los tres gobernadores peor evaluados del país.
En ese contexto, la estrategia de comunicación social —orientada en los últimos meses a promover a GABRIELA MOLINA y GLADYZ BUTANDA, sus cartas políticas— ha dejado al propio gobernador en un segundo plano. El resultado: un Ejecutivo debilitado en imagen y con un liderazgo diluido.
La “gira de medios” puede leerse entonces como un intento de reconstruir la legitimidad personal del mandatario. No es lo mismo un boletín oficial que un intercambio cara a cara con periodistas, donde el tono, los gestos y la interacción dotan de mayor credibilidad a lo declarado. Incluso si las entrevistas son “a modo”, el simple hecho de exponerse fuera de la zona de confort ya representa un cambio de narrativa.
El momento no es casual. Al inicio de su quinto año de gobierno, RAMÍREZ BEDOLLA enfrenta la disyuntiva de cerrar su administración con un liderazgo propio o hipotecar su capital político en la suerte de sus promovidas. La pregunta es estratégica: ¿vale la pena invertir todo el potencial de comunicación social en las “corcholatas”, o sería más valioso concluir el sexenio con un gobernador fortalecido, capaz de dejar huella institucional más allá de la sucesión?
Aquí conviene mirar la historia reciente. En las últimas elecciones constitucionales, los gobernadores morenistas que intentaron imponer a sus “delfines” fracasaron en el intento. De Baja California a Puebla, pasando por Veracruz, Tabasco, Chiapas, Morelos y la propia Ciudad de México, ninguno logró que su promovido se convirtiera en candidato oficial y, mucho menos, en jefe del Ejecutivo estatal.
El pragmatismo político mexicano sigue intacto: los gobernadores son jefes políticos en sus estados, pero eso no significa que tengan la fuerza suficiente para heredar el poder.
La lección es clara: el poder no se transfiere por decreto ni por promoción mediática. Si RAMÍREZ BEDOLLA apuesta todo a sus corcholatas, corre el riesgo de repetir la historia de sus correligionarios. Si, en cambio, decide cerrar filas en torno a su propio liderazgo, podría al menos concluir su mandato con voz propia y con un legado menos dependiente de la suerte ajena.
En Michoacán, la ciudadanía observa con lupa. Y en política, como en la vida, la legitimidad se construye día a día, no se delega.
MISCELÁNEA POLÍTICA
Informes en serie. El senador RAÚL MORÓN OROZCO arrancó gira de informes legislativos: Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Zamora, Uruapan y cierre masivo en Morelia el 19. El detalle incómodo: en el portal oficial del Senado solo aparecen tres iniciativas de su autoría (bibliotecas, violencia vicaria y no discriminación en seguros) ninguna aprobada.
En un mar de 1,300 iniciativas presentadas en la Cámara Alta, con menos de 50 aprobadas —la mayoría enviadas por la Presidencia—, la pregunta es inevitable: ¿qué se va a informar? ¿O se trata más bien de proselitismo anticipado rumbo al 2027?
Indicación geográfica, ¿historia o trámite? Se anunció con bombo y platillo que el pez blanco del lago de Pátzcuaro obtuvo su Indicación Geográfica. Lo mismo con las carnitas michoacanas. Pero, ¿de verdad hacía falta un sello burocrático para reconocer lo que ya es fama mundial? El riesgo: convertir lo que debería ser un instrumento de protección comercial en simple ornamento discursivo.
SEMACM vs. Ayuntamiento. El sindicato municipal emplazó a huelga al Ayuntamiento de Morelia por violaciones a condiciones de trabajo y aumento salarial. La autoridad responde que es un trámite anual de revisión. Entre la formalidad y la presión, lo cierto es que el fantasma de la huelga vuelve a rondar Palacio Municipal.
El libreto oficialista. En el Congreso local, la diputada FABIOLA ALANÍS SÁMANO repite la narrativa de defensa a migrantes e indígenas, con lealtad explícita al proyecto presidencial. Pero la realidad es otra: ningún legislador estatal puede frenar deportaciones en EE.UU. Los “refuerzos” consulares —más abogados, teléfonos de emergencia, ventanillas— son apenas decorado institucional. Migrante detenido, migrante expulsado. Lo demás es simulación para posicionar nombre, no para incidir.

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