16 de septiembre del 2025.- El Ejército israelí ha iniciado en la madrugada de este martes su anunciada ofensiva final para controlar toda el territorio de Ciudad de Gaza, la capital de la Franja, situada al norte del enclave palestino, y donde según la ONU vivían o se refugiaban un millón de personas. Así lo ha confirmado el Ejército israelí, que ha explicado que sus tropas (de tres divisiones) han penetrado hacia el centro de la ciudad. La operación, han asegurado, está en sus «fases iniciales» y se expandirá «gradualmente» en los próximos días.

«Gaza está ardiendo», ha presumido el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, en redes sociales, mientras que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha confirmado, durante su comparecencia en un tribunal de Jerusalén donde se le juzga por corrupción, que las Fuerzas Armadas habían iniciado una operación «importante» en la Franja. Es una ofensiva por tierra, calle por calle, en la que las tropas han avanzado desde las afueras al centro de una capital que ya ha sido destrozada desde el aire.
Israel ha asegurado que les llevará «meses» completar la ocupación y, como viene siendo habitual, ha justificado la operación asegurando que ataca infraestructura de Hamás y que protege «todo lo posible» a los civiles. El Ejército israelí asegura que Ciudad de Gaza es «el principal bastión» de la milicia palestina y calcula que puede haber entre 2.000 y 3.000 combatientes del grupo aún activos.
Israel ordenó el desalojo forzoso de la población
El Ejército israelí ordenó el desalojo forzoso de la ciudad hace una semana, ante la inminente invasión terrestre, y calcula que un 40 % de la población, unas 400.000 personas, se han marchado, aunque los datos de la ONU no lo confirman.
El desplazamiento forzoso de población civil constituye un crimen de guerra, y apuntala los argumentos jurídicos para considerar la ofensiva israelí como genocidio, un delito que investiga la Corte Internacional de Justicia a instancias de Sudáfrica. Precisamente este martes una comisión independiente puesta en marcha por la ONU ha concluido que, en efecto, lo que ocurre en Gaza constituye un delito de genocidio.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha pedido una intervención internacional «urgente» para proteger a los civiles antes de que Israel convierta la ciudad en «una fosa común».
La cifra de muertos se acerca ya a los 65.000
Los ataques israelíes en Gaza han matado al menos a 59 personas en las últimas 24 horas, según las autoridades sanitarias gazatíes, que han advertido de que hay muchos cadáveres no cuantificados bajo los escombros o en zonas a las que no se puede llegar por los bombardeos. «Ha sido una noche muy violenta, llena de bombardeos», ha asegurado a EFE el director de la unidad del Ministerio de Sanidad a cargo del recuento de fallecidos, Zaher Al Waheidi.
«La situación es espeluznante. La gente está muy confundida, con miedo, y ya no sabe dónde ir, dónde puede estar segura», ha explicado la coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Franja, Esperanza Santos. «Desde el fin de semana hemos visto cómo la población intenta salir de manera desesperada», ha añadido, según un comunicado de la ONG.
En total, Israel ha matado a 64.964 personas desde el 7 de octubre de 2023, cuando el Ejército inició su represalia por el ataque de las milicias palestinas que costó la vida a 1.200 personas en Israel. Los heridos en Gaza ascienden a 165.312. Se espera que el total de fallecidos en el enclave supere el umbral de los 65.000 a lo largo de este martes.
Antes del inicio de la ofensiva, el Ejército israelí destruyó la torre Ghafri, la más alta de la franja, con 18 pisos y 60 apartamentos. Era de las pocas que todavía quedaba en pie, después de que más del 85% del enclave haya quedado sepultado bajo las ruinas. En un mes, los israelíes han destruido más de 1.500 edificios residenciales, escuelas y hospitales.
La vida de los rehenes, en peligro
Los familiares de los rehenes israelíes en manos de Hamás se han concentrado frente la residencia del primer ministro en Jerusalén «ante el inicio de la ofensiva en Gaza y el mayor riesgo» para las vidas de sus seres queridos.
«Se ha establecido un campamento permanente fuera de la residencia, en coordinación con la Policía», ha anunciado la comisión que representa a los familiares. Permanecerán allí, han añadido, «hasta que Netanyahu escuche y cumpla la voluntad del pueblo: el regreso inmediato de todos los rehenes y el fin de la guerra».
Hamás ha asegurado que la vida de los prisioneros que aún mantiene en su poder (se cree que una veintena de ellos puede seguir con vida) es «plena responsabilidad» de Netanyahu.
Todo esto ocurre un día después de que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, visitara Jerusalén para reafirmar su apoyo a Israel. Mientras tanto, Tel Aviv y Washington buscan mitigar la indignación internacional provocada por los ataques aéreos israelíes contra líderes de Hamás en Qatar y la continuación de la masacre en Gaza.