Columna Política «Diputado 501», Por Antonio TENORIO ADAME (03-XI-2025).- Este miércoles 29 de octubre las carreteras fueron bloqueadas en protesta por los agricultores inconformes con las condiciones de producción, a las que se ven sometidos al elevar sus demandas de mercado derivado del ingreso al país del 58 por ciento de importaciones de alimentos agrícola.

La inserción de la economía mexicana al tratado comercial de Norteamérica ha sometido a la agricultura mexicana a través, también, con la política de un dólar barato, cuyas consecuencias es moderar la inflación a través de importaciones, que a su vez doblegan la producción nacional y desplazan la creación de empleos.
Las voces de ofensiva a la protección del mercado nacional acusan de arcaísmo y de ser sujetas de dominio ideológico al sistema de precio de precio de garantía y de subsidios provenientes de la injerencia de Estado.
El planteamiento de un Estado a favor de los campesinos es también un ejercicio muy común de los agricultores de los Estados Unidos, donde reciben de parte del gobierno subsidios y apoyos preferenciales a sus insumos, con la inclusión de grandes empresas comercializadoras de exportaciones e importaciones.
La calificacion la propuesta de autosuficiencia como «ideológicas” es para excluirla de una opción viable, lo que cae por los resultados arrojados la experiencia de intercambio comercial internacional en el presente.
“La discusión no tiene que ver con la ideología, sino con los resultados de la política predominante”, sentencia el economista Arturo Huerta.
Se sabe que la autosuficiencia de granos y oleaginosas solo abarca el 42 por ciento, por lo que Estados Unidos abastece el déficit sin señalar que es consecuencia de las políticas neoliberales predominantes de cero aranceles, además a un dólar barato favorable a las importaciones baratas.
Y eso es una situación que enfrentan los productores nacionales carentes de subsidios oficiales con altas tasas de interés aplicados a créditos .
Los gobiernos, contextualiza el investigador universitario, han preferido bajar la inflación con importaciones baratas, por lo que le es funcional el dólar barato con que se trabaja, a costa de afectar a los productores de granos básicos nacionales, de frenar el crecimiento de la economía, de tener déficit de comercio exterior, aumentar los niveles de endeudamiento y depender en forma creciente de entrada de capitales. Para que estos ingresen en el país, se establecen altas tasas de interés, austeridad fiscal y tal política continúa actuando en detrimento de la producción nacional que nos lleva a seguir dependiendo de importaciones y de la entrada de capitales.
Sin embargo, los neoliberales siguen defendiendo el T-MEC, dicen que “desvincular los granos básicos de las reglas norteamericanas de libre comercio los encarecería, pues México se vería obligado a importar de países más lejanos, como Brasil o Argentina, aumentando los costos”.
En el terreno de las ideas criticas se cuestiona la continuidad del Tratado, tal como lo enfoca Juan Luis Hernández Pérez quien sugiere la generación de un desarrollo autocentrado.
Los problemas de nuestro desarrollo son trascendentes a la nostalgia bucólica, donde se requiere priorizar la Agricultura, para que sobre sus bases se construya un país moderno y democrático, con desarrollo económico y social sostenible, y se permite una relación distinta ante el escenario mundial.
El desarrollo auto centrado exige un estado nacional, capaz de dominar las relaciones exteriores al someterlas a la lógica de la acumulación interna. En este sentido, el proceso de formación nacional en los países periféricos está inconcluso. No se cuenta con un estado de este tipo al no crearse, históricamente, las condiciones para ello. Los nuevos proyectos de nación en los países periféricos, por tanto, deben sustentarse en esta realidad económica, política y social, con el fin de poner el acento en la desconexión de la lógica imperialista, no en el ajuste, como pasó con el TLCAN, y ahora sucede con el TMEC.
El sentido originario del Tratado de Libre Comercio, como se definía en el Espíritu de San Antonio, se basaba en un desarrollo regional competitivo con derrama de beneficio a todos sus integrantes, sin embargo, su suerte ha sido muy distante, hasta llegar a la extraña paradoja que su promotor creativo, los Estados Unidos, sea su propio frankestein, al establecer aranceles contrasentido al contenido de los acuerdos del Tratado, es decir le extrajo su vigencia legal, para favorecer a las ramas de producción originarias de manera unilateral, y se espera que en su revisión la pauta de su aplicación será marcada por una relación bilateral entre Estados Unidos y cada uno de los países de la región; o sea, se partirá en dos Acuerdos .
La Casa Blanca desconoció sin denunciar y partió en dos el TEMEC, pero exige a México su cumplimiento irrestricto.
Es momento de la verdad y el pueblo debe conocerla para fortalecer su conciencia a fin de preñarse ante la adversidad de riesgos desconocidos que ha de vencer.
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