10 Septiembre 2025 Paz y seguridad
La violencia de las pandillas, el hambre y la inestabilidad continúan sacudiendo la nación caribeña, mientras el responsable de ayuda de la ONU subraya desde Puerto Príncipe que las personas están desesperadas por reconstruir sus vidas. Aunque las agencias se esfuerzan por proporcionar apoyo, el llamamiento humanitario para el país tiene un déficit de 800 millones de dólares.

“Me da vergüenza, en nombre del mundo, que no podamos encontrar en nosotros mismos más compasión, ser más amables, reconocer por lo que está pasando la gente aquí”, declaró el coordinador de Socorro de Emergencia de la ONU durante una visita a Haití.
“He escuchado a personas cuyas vidas han sido destruidas por una violencia brutal. Están desesperadas por seguridad, dignidad y esperanza. Me niego a creer que no podamos hacer mejor por ellas”, agregó Tom Fletcher en una publicación en redes sociales.
La nación caribeña, de 11 millones de personas, sigue enfrentando una grave crisis humanitaria y de protección en medio de un brote de cólera y un aumento en las tasas de malnutrición.
La mitad de todos los haitianos enfrenta inseguridad alimentaria y niveles sin precedentes de desplazamiento forzado, que se triplicaron el año pasado a más de un millón de personas, según una actualización de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que señaló que los desplazamientos masivos han continuado en 2025.
Vivir una vida como cualquier otra persona
Desde hace más de un año, las pandillas han tomado el control de grandes áreas dentro y fuera de la capital, Puerto Príncipe, violando, matando, saqueando infraestructura civil, incluyendo escuelas y hospitales, así como secuestrando niños reclutas para luchar.
“Actualmente, hasta la mitad de todos los miembros de grupos armados son niños,” indicó la OCHA. “El miedo impregna la vida diaria” mientras las familias se ven obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio, comida y seguridad.
“Lo que escucho son las voces de personas que están desesperadas por recuperar su dignidad. Están desesperadas por vivir sus vidas como cualquier otra persona. Y han sido desplazadas varias veces,” dijo Fletcher, quien se reunió con autoridades, socios y familias afectadas que viven en refugios improvisados. “Quieren reconstruir sus vidas. Quieren educación para sus hijos. Quieren recibir la atención médica que necesitan. Quieren agua potable”.

© OCHA/Matteo Minasi Una joven lava ropa en un campamento para desplazados en Puerto Príncipe, Haití.
Perderlo todo y buscar refugio
Algunas familias desplazadas compartieron su difícil situación, incluyendo a Roudy Jean, quien dijo que necesitan poder vivir «de manera normal, como en el resto del mundo”.
Cashmina Jean-Michel, una mujer desplazada por la violencia de pandillas, dijo que antes tenía un salón de belleza y empleaba personal, pero lo perdió todo.
“A las 5 de la mañana, hubo muchos disparos,” recordó. “Perdí todo, mis pertenencias, mi negocio, pero la seguridad de mis hijos era mi absoluta prioridad. No tuve otra opción que recogerlos y salir corriendo de inmediato. Hoy vivo en un espacio muy pequeño y en la miseria, donde solo puedo cuidar a uno de mis hijos, mientras los otros deben quedarse con amigos”.
«Muchas familias han sido desplazadas dos o tres veces», enfatizó el responsable de ayuda de la ONU.
«Tenemos que hacerlo mejor»
Mientras las agencias de la ONU se esfuerzan por proporcionar apoyo y bienes y servicios esenciales, Fletcher dijo que debe hacerse más.
Hasta la fecha, el llamamiento humanitario para Haití sigue gravemente infrafinanciado. De los 908 millones de dólares necesarios para atender necesidades urgentes, solo el 11% está financiado, dejando un déficit de 800 millones de dólares.
“Esto no es suficiente,” declaró el funcionario. “No puedo creer que estemos luchando tanto para recaudar los fondos necesarios para apoyar a estas familias mientras intentan reconstruir sus vidas, pero tenemos que estar allí para ellos. Tenemos que hacerlo mejor”.