Madrid, 31 de agosto del 2025.- Alrededor de las tres y media de la tarde, en el horario de Europa, zarparon desde el puerto de Barcelona 37 pequeñas embarcaciones con cerca de 400 personas a bordo con el objetivo de llegar a las costas de Gaza y romper así el bloqueo que sufre esta región por parte del Estado de Israel.

Miles de personas los despidieron con gritos de apoyo a la causa de Palestina y con banderas de ese país, conscientes de que los participantes de la Global Sumud Flotilla afrontarán en las próximas semanas una travesía repleta de riesgos, sobre todo la amenaza latente de las milicias israelíes, que podrían desde detenerlos en alta mar hasta “bombardearlos”.
Entre los miembros de esta “misión no violenta” y que busca abrir un corredor humanitario en Gaza se encuentran seis ciudadanos mexicanos y varias personalidades famosas, como la activista sueca Greta Thumberg, los actores Eduard Fernández Liam Cunningham, y la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Con banderas del país agredido y gritos de “Palestina libre” y “No es una guerra, es un genocidio”, miles de ciudadanos de Barcelona despidieron a la “flotilla” de la dignidad, la que busca romper el cerco al que ha sometido Israel al pueblo palestino provocando, según ellos, “un genocidio” y una “limpieza étnica” a las “ojos de todo el mundo”.
De hecho una de sus principales reivindicaciones es llamar la atención de la inacción de la comunidad internacional ante los asesinatos sin tregua en la región.
La misión, que insisten en definir como “no violenta” y “legal”, ya que su destino final son las costas de Gaza, está compuesta por cerca de 400 personas de orígenes y oficios diversos, y que proceden de hasta 44 países.
En las pequeñas y medianas embarcaciones van personas expertas en navegación, abogados, médicos y ciudadanos comprometidos con la causa palestina, que además llevan una carga simbólica de ayuda humanitaria, que son sobre todo medicinas alimentos básicos.
La travesía tiene previsto durar entre dos y tres semanas, en la que habrá varias paradas en las que se incorporarán a la misión más embarcaciones en los puertos de Túnez, Catania, Sicilia y Grecia.
A pesar de ser, según sus organizadores, la “misión humanitaria más grande la historia” con el pueblo palestino, los riesgos a la actuación del ejército israelí son latentes, más aún con los precedentes que hay, como ocurrió con la embarcación Handala, que fue interceptada por las milicias israelíes en julio pasado mientras navegaba hacia Gaza con el objetivo de romper el bloqueo y entregar alimentos y medicamentos.
Los tripulantes de aquella misión fueron arrestados y deportados. Pero hay más precedentes, como el que se registró en junio pasado, cuando otro barco de la Flotilla de la Libertad, el Madleen, fue igualmente abordado en aguas internacionales y, entre los tripulantes detenidos, estaba la propia Greta Thunberg y un destacado activista brasileño, Thiago Ávila, que fue sometido a torturas y encarcelado, y que logró su liberación después de una huelga de hambre y sed en la prisión en la que fue enclaustrado por el Estado israelí.
Antes de partir, muchas miradas estaban puestas en la activista climática Greta Thunberg, por su proyección mediática, quien aseguró ante los medios que “esta es una misión para desafiar al sistema internacional extremadamente violento y que opera con normalidad, que no respeta el derecho internacional”, afirmó, tras añadir que “cada vez más gente está abriendo los ojos ante las atrocidades del gobierno de Benjamín Netanyahu” y que “los gobiernos y nuestros representantes públicos están traicionando y fallando a los palestinos y a todas las personas oprimidas del mundo”.
Saif AbuKeshek, vocero de la organización, explico que “lo que está pasando en Palestina no es un desastre natural. A propósito, se está impidiendo que entre a la ayuda humanitaria, forzando la muerte de personas mientras que la ayuda humanitaria está a escasos kilómetros, en la frontera, esperando poder entrar”.
Y de ahí la importancia de la misión, en la que “estudiamos todos los escenarios que pueden ocurrir. Lo que tenemos muy claro es que ninguno de los riesgos que podamos enfrentar es comparable con los riesgos que enfrentan los palestinos. Da igual el resultado, da igual lo que pueda hacer Israel, pero nuestro papel, nuestra responsabilidad, es volver una vez más, cada vez más fuertes”.
Con información de La Jornada