Columna Política «Diputado 501», Por Antonio Tenorio Adame (11-VIII-2025).- El presidente Donald Trump ordenó al Pentágono usar fuerza militar contra los cárteles de la droga; una grave noticia, difundida por el New York Times.

La presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó ante esta amenaza que “ Estados Unidos no va a venir a México con los militares ”, ” cooperamos, colaboramos, pero no va a haber invasión. Eso está descartado, absolutamente descartado, fuimos informados que venía esta orden ejecutiva, y que no tenía que ver con la participación de ningún militar o de ninguna institución (de EEUU.) en nuestro territorio” .
Cabe señalar la determinación de acatamiento y respeto a la soberanía en tiempos de respeto al orden entre las Naciones. La doctrina de “acción preventiva” instaurada por Bush rompió el esquema del Derecho de Guerra.
Pero, a pesar de la firme contundencia de la Presidenta, no son pocas las voces que avizoran los ataques armados con drones desde territorio de La Unión Americana a objetivos específicos, cuyo impacto sería mortal, e incluso se llega a asentir que los comandos de seguridad de Omar García Harfuch ya llegan a utilizarlos.
La reacciones a la decisión de Washington causan opiniones contrapuestas;
A. De una parte se considera inevitable y deseable la fuerza extranjera en el contexto del destino manifiesto; como en el pasado, la nación será víctima de la violencia extranjera al aceptar el dominio imperial. Se trata de aceptar con resignación el neocolonialismo, aunque algunos lo manifiestan como desplazamiento a Morena.
B. En segundo plano, las opiniones ya valoran el costo de los años reflejándose, principalmente en el fin de los tratados de cooperación internacional, binacionales; se valora la ruptura y separación de los EEUU.
C. Finalmente, se vierten expectativas de movilizar la solidaridad interna para impugnar desde la sociedad, el uso de la fuerza para acabar con la fuerza, o sea querer apagar el fuego con más fuego.
De cualquier modo, se revela una situación de impotencia desde la inequidad y la desigualdad del poder militar. Se asumen los resultados desde la resistencia como forja de una confrontación.
El modelo Gaza es espejo de nuestra imagen. Para romper las inercias de dominio se requiere mantener las raíces identitarias originarias de la nación.
Si Netanyahu emprende la ocupación total de Palestina, se abre, por la vía de hechos, el capítulo de incorporación extraterritorial a los dueños del poder mundial, incluso el intercambio de reconocimientos de ocupación, cuya confirmación, se estima, será suscrita en la reunión Trump con Putin para ceder Ucrania a Rusia a cambio de ocupar Venezuela los Estados Unidos. En este último con el pretexto de abatir a los criminales de la droga.
Ya antes vinieron los “marines”, de una u otra forma, la primera estrofa de su himno evoca “las ruinas de Moctezuma como el origen de sus victorias”, se identifican desde la separación de Texas, en1848 guerra contra México, al arrebatar la mitad de territorio; 1899 Mc Kinley dominio del Caribe; el desembarco en Veracruz por órdenes de Wilson 1914 , y buscando a Villa en 1916; todas estas con experiencias distintas.
Se requiere su examen y observar reacciones a la distorsionada decisión de la “doctrina Bush” del “ataque preventivo”, a un problema que generó principalmente en sus propias entrañas; al decir el narcotráfico se generó a partir de la formación de un mercado en territorio y población estadounidense el que posteriormente se extendió a su frontera próxima y otros países hasta alcanzar una dimensión multinacional.
En esa situación las narco bandas sean abatidas, obligadas al repliegue o quizás busquen una rendición para evitar su aniquilación y busquen su protección de tal suerte se propicie un armisticio.
La administración Trump ha logrado contener la migración desbordada a través de presionar a México, como ahora ya ocurre con la disminución de cargas de fentanilo.
En tanto que los objetivos de re industrializacion de su economía serán logros a mediano plazo, lo que no es óbice para avanzar en el control geoestratégico continental, sea por vía de la anexión como el caso Puerto Rico, o como se intenta ya con la ocupación espacial a Venezuela.
No es casual que la jefa del comando sur, Laura Richardson, militar responsable de organizar planes de operaciones y cooperación en materia de seguridad en la región latinoamericana, haya señalado que los recursos naturales estratégicos de la región son de enorme importancia para su país.
Para EEUU el punto de mira es América Latina en un modelo de control y sometimiento como ocurrió con: el presidente Monroe en la guerra contra México 1848, Mc Kinley en el control de Caribe y las invasiones de las cañoneras de Theodoro Roosevelt a fines SXIX, o las empresas bananeras sostenidas con dictaduras tropicales desde la década de los veinte hasta la caída de Batista en 1957; o el “Plan Cóndor” y los ejércitos sudamericanos al frente del poder en los años ochenta.
Una historia de guerras invasoras de la marina estadounidense, tal parece se debe considerar el prolegómeno de la próxima invasión a Latinoamérica.
Hoy la “geofagia” como tendencia a extender su ocupación espacial más allá de sus fronteras se dispone a una nueva configuración de la geopolítica. ¿Irreversible o fin del dominio militar.?