31 Julio 2025 Cambio climático y medioambiente
Además de que la mayoría de los residuos plásticos acaba en el mar, esa contaminación amenaza los sistemas alimentarios y el bienestar humano, sobre todo en los pequeños países insulares y costeros en desarrollo, alerta la conferencia de la ONU especializada en comercio, que aboga por medidas arancelarias y no arancelarias para apoyar a los productos sustitutos del plástico que sean ecológicamente sostenibles.

La producción mundial de plástico en 2023 alcanzó 436 millones de toneladas y tuvo un valor comercial superior a 1,2 billones de dólares, lo que representó el 5% del comercio total de mercancías, reportó este jueves la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
En una actualización del comercio global, la UNCTAD recordó que, pese a impulsar el crecimiento mundial en todos los sectores, los plásticos tienen un impacto muy negativo en la salud y en el medio ambiente.
El 75% de los plásticos producidos hasta ahora se han convertido en residuos y, en su mayoría, han acabado en los océanos y ecosistemas de todo el mundo.
Además, esta contaminación también amenaza los sistemas alimentarios y el bienestar humano, especialmente en los pequeños países insulares y costeros en desarrollo, con una capacidad limitada para hacerle frente.
Parte de la solución, no del problema
Esta realidad destaca la urgencia de eliminar la polución por plástico con una solución integral que incluya al comercio en cualquier plan que tenga ese objetivo, dijo la UNCTAD.
“Desde el apoyo a la producción y el consumo responsables hasta la promoción de la circularidad y las alternativas sostenibles, el comercio debe ser parte de la solución a la contaminación por plásticos, no parte del problema”, enfatizó la Conferencia.
La UNCTAD subrayó la necesidad de ampliar las alternativas a los plásticos, eliminando los obstáculos que enfrentan actualmente los sustitutos de esos materiales: aranceles altos, medidas no arancelarias, acceso limitado al mercado e incentivos normativos débiles.
La baja de aranceles ha abaratado los productos plásticos
Explicó que en los últimos 30 años, los aranceles medios para los productos de plástico y caucho se han reducido considerablemente, abaratando los derivados de combustibles fósiles.
Por el contrario, los aranceles son altos para los sustitutos no plásticos como el bambú, las fibras naturales y las algas marinas, lo que desincentiva su comercio.
Estas disparidades dificultan la inversión en productos alternativos, socavan la innovación en los países en desarrollo y ralentizan la transición hacia la eliminación de los plásticos derivados de combustibles fósiles, advirtió la UNCTAD.
Sustitutos no plásticos
Aunque el comercio mundial de sustitutos no plásticos alcanzó los 485.000 millones de dólares en 2023, estos materiales siguen sin explotarse a gran escala.
La UNCTAD destacó las ventajas de los sustitutos: pueden reciclarse, ser biodegradables o convertirse en composta, y a menudo proceden de fuentes naturales como minerales, plantas o animales.
Dado que el 98% de los plásticos se derivan de combustibles fósiles, las emisiones y el daño medioambiental podrían seguir empeorando si no se controlan.
Para responder a este peligro ambiental, muchos países utilizan medidas no arancelarias como prohibiciones, requisitos de etiquetado y normas de producto, y disposición después de usarlos para restringir el flujo de plásticos nocivos.
Sin embargo, las normativas existentes difieren en sus requisitos y a veces incluso son incoherentes, lo que da lugar a un panorama fragmentado y a mayores costos de cumplimiento.
Las pequeñas empresas y los exportadores con bajos ingresos tienen especial dificultad en este sentido, lo que limita su capacidad para participar y beneficiarse del comercio sostenible.
La iniciativa mundial recobra el impulso
Afortunadamente, la iniciativa mundial para acabar con la contaminación por plásticos para 2040 está cobrando un nuevo impulso, señaló la UNCTAD, aludiendo a la reunión mundial del 5 al 14 de agosto en Ginebra para las negociaciones finales lideradas por la ONU que buscan desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante contra la contaminación por plásticos.
El tratado abarcaría todo el ciclo de vida de los plásticos —producción, consumo y residuos— dentro de un marco justo y completo.
También supone una oportunidad para integrar el comercio, las finanzas y los sistemas digitales en una respuesta global coherente.
Según la UNCTAD, para que ese tratado sea exitoso debe incluir:
- Reformas arancelarias y de medidas no arancelarias para apoyar los sustitutos sostenibles a los plásticos
- Inversión en gestión de residuos e infraestructura circular
- Herramientas digitales para el rastreo y cumplimiento de las normas aduaneras
- Coherencia de las políticas en todos los acuerdos alcanzados a través de la Organización Mundial del Comercio, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Convenio de Basilea y los marcos regionales relacionados