13 de junio del 2025.- Israel ha lanzado este viernes un ataque masivo sin precedentes contra Irán con más de 200 aviones que han destruido un centenar de objetivos militares y nucleares. El Gobierno israelí asegura que Teherán estaba a las puertas de construir una bomba nuclear —aunque la ONU mantiene que no hay pruebas de ello— y sostiene que la ofensiva previene «una amenaza existencial». La operación, de consecuencias todavía impredecibles, ha alcanzado instalaciones sensibles, fábricas de misiles balísticos y a responsables científicos y militares, entre ellos al jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, organización que, al igual que el Gobierno, ya ha amenazado con una respuesta «proporcionada y decisiva».

Estados Unidos, que se encontraba en plena negociación con Teherán de un acuerdo nuclear, ha negado su participación en la operación, aunque su presidente, Donald Trump, ha revelado a The Wall Street Journal que sí conocía los planes de Israel. El mandatario también ha indicado que pese a que aún está prevista una reunión entre EE.UU. e Irán el sábado, ahora «no está seguro» de que vaya a celebrarse.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha confirmado que Washington estaba al tanto y ha indicado que dio la orden de atacar el programa nuclear iraní en noviembre de 2024, poco después del asesinato del líder de Hizbulá, Hasán Nasrala, y que, pese a que la fecha prevista era abril, tuvo que atrasarse, aunque no ha dicho por qué.
Ante la amenaza de un posible ataque y mientras continúan los bombardeos al país persa —Israel ha reconocido haber atacado ya 200 objetivos en Irán— el Gobierno israelí ha instado a su población a permanecer en espacios seguros y a evitar reuniones públicas. El Ejército hebreo ha asegurado a última hora de la tarde haber identificado misiles lanzados desde Irán a s u territorio y, según un oficial israelí citado por Reuters, un ataque contra el centro de Israel ha interrumpido una conexión en directo con el portavoz militar del país.
Una campaña sin precedentes ante «la amenaza» nuclear iraní
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Eyal Zamir, ha advertido de madrugada de que el país se encuentra en medio de «una campaña histórica sin precedentes» contra Irán «para prevenir una amenaza existencial». «Ha llegado el momento: estamos en un punto de no retorno. No podemos permitirnos esperar», ha dicho. El ataque ha comenzado sobre las 3.00 hora local con explosiones en la capital iraní y se ha extendido a otras zonas del país.
Los bombardeos han continuado durante la jornada y a última hora de la tarde han tenido entre sus objetivos la planta nuclear subterránea de Fordó, unas de las principales del país persa, y la central de Isfahán. Netanyahu ha señalado que la operación, denominada ‘El león que se alza’, «continuará durante los días que sean necesarios» para contrarrestar la amenaza de Irán». Según el primer ministro, Teherán había enriquecido el uranio suficiente como para fabricar nueve bombas atómicas y podía construir un arma nuclear incluso «en menos de un año».
La agencia de noticias Irna recoge que los ataques en suelo iraní han dejado al menos 18 muertos y 35 heridos.
Irán promete una respuesta «contundente» y un destino «amargo» para Israel
El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, ha asegurado que su país «no guardará silencio» y ha defendido que dará una respuesta «legítima y contundente» que hará que Israel «se arrepienta de su insensato acto». El ministro de Exteriores, Abbas Araqchi, considera el ataque «una declaración de guerra» por parte de un «régimen terrorista» que ha cruzado ya «todas las líneas rojas» y ha solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para que este «cumpla su responsabilidad» y haga que Israel «rinda cuenta de sus crímenes».
El Ejército israelí ha bombardeado objetivos relacionados con el programa nuclear de Irán —entre ellos la principal planta de enriquecimiento de uranio, en Natanz— pero también ha acabado con la cúpula castrense del país. Sus ataques han matado al jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hossein Salamí, uno de los grandes objetivos israelíes en el país, que el miércoles aseguraba que la República Islámica estaba preparada para una «guerra a cualquier nivel».
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha confirmado que la planta de Natanz ha sido alcanzada y «vigila de cerca la preocupante situación». Su director general, Rafael Grossi, ha insistido en que «las instalaciones nucleares nunca deben ser atacadas» por el daño que pude causar tanto a personas como al medioambiente.
Irán ha comenzado su respuesta horas después del ataque israelí, cuando aviones de combate de la Fuerza Aérea de Israel han interceptado algunos de los más de 100 drones lanzados por Teherán. Las alarmas antiaéreas han sonado en todo Israel despertar a la población y prepararla para la posible represalia iraní. «Esperamos estar expuestos a varias oleadas de ataques iraníes», ha dicho Netanyahu más tarde.
El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, ha prometido un destino «amargo y doloroso» para Israel en un comunicado publicado en su página web y ha nombrado a Abdolrahim Mousavi como nuevo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y a Mohammad Pakpour comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, en reemplazo de los generales Mohamad Hosein Baqerí —también abatido durante la ofensiva— y Hossein Salamí.
En los ataques israelíes también han muerto otros altos cargos iraníes como el general Gholam Ali Rashid, responsable de la base aérea Khatam ol-Anbiya, el comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria Islámica, Amir Ali Hajizadeh, el comandante de la fuerza de drones, Taher-pour, y el comandante del Comando Aéreo, Davoud Shaykhian. La Guardia Revolucionaria ha prometido que el Estado judío «pagará un alto precio por ello» y el Gobierno ha asegurado que los ataques «azuzan las llamas de las guerra».
El general Esmail Qaani, comandante de la Fuerza Quds de élite de la Guardia Revolucionaria también ha muerto en los ataques, según The New York Times , que cita fuentes iraníes anónimas.
Además, al menos seis científicos nucleares iraníes han muerto en un ataque que, asegura Israel, busca revertir los «avances significativos» en la habilidad de Irán para desarrollar una bomba nuclear. Fuentes de seguridad israelí citadas por Reuters apuntan que agentes del Mosad —inteligencia israelí en el exterior— habían llevado a cabo operaciones encubiertas en el interior del país antes de la ofensiva, que incluyeron el despliegue de armas guiadas de precisión.
Trump advierte de que «todo empeorará» sin un acuerdo
Estados Unidos ha insistido en que Israel ha tomado «medidas unilaterales» para «su propia defensa» y ha advertido de que «Irán no debe atacar intereses ni personal estadounidense», según palabras del secretario de Estado, Marco Rubio, que ha indicado que su prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región.
Washington ha movido dos de sus naves de guerra en Oriente Medio a ubicaciones más cercanas al territorio israelí, un movimiento similar al que realizó el pasado octubre, cuando ayudó a Israel a repeler un bombardeo masivo lanzado desde Irán.
Trump ha insistido en que sin acuerdo nuclear con Irán, todo «empeorará». «Le di a Irán una oportunidad tras otra de llegar a un acuerdo. Les dije, con las palabras más enérgicas, que ‘simplemente lo hicieran’, pero por más que lo intentaron, por más cerca que estuvieron, simplemente no pudieron lograrlo», ha escrito Trump en su cuenta de Truth Social. Ha recordado, además, que «Estados Unidos fabrica el mejor y más letal equipo militar de todo el mundo» y que Israel «tiene un montón de él, con mucho más por venir, y saben cómo usarlo».
Condena internacional
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado su preocupación por unos ataques que se producen justo «cuando están en marcha conversaciones entre Irán y EE.UU. sobre el programa nuclear iraní». Por ello, ha pedido a las dos partes «máxima contención» y que «eviten a toda costa hundirse en un conflicto más profundo, una situación que la región no puede apenas permitirse».
Hamás también ha condenado un ataque que supone, dicen, «una peligrosa escalada que amenaza con desestabilizar la región». La milicia asegura en un comunicado que la ofensiva en Irán refleja «la insistencia del Gobierno extremista de Netanyahu en arrastrar a la región a confrontaciones abiertas para satisfacer sus delirios talmúdicos».
La Unión Europea ha pedido a Irán e Israel evitar una escalada en la región y ha advertido de la peligrosidad de la situación. «Insto a las partes a actuar con moderación y evitar una nueva escalada», ha dicho la Alta Representante de la UE para Exteriores, Kaja Kallas. Los Veintisiete han tomado medidas para proteger a su personal en la zona y «mitigar riesgos» según un portavoz comunitario.
El Ministerio israelí de Exteriores ha anunciado el cierre de todas sus embajadas por el mundo ante posibles represalias de Irán.
Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Catar han llamado a la comunidad internacional a que tome medidas urgentes y asuma su responsabilidad legal para detener los ataques y lograr la paz en la región de Oriente Medio, mientras que Rusia ha calificado de «inaceptable» y «cínica» la acción israelí por dirigirse contra población civil y ocurrir además durante una sesión del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Los últimos ataques entre Israel e Irán
Desde el comienzo de la guerra en Gaza, Israel no se ha limitado a bombardear territorio palestino, sino que también ha contribuido a magnificar su enemistad con otros países de la zona como Líbano, Siria, Yemen e Irán.
El último gran ataque al país persa se produjo el 26 de octubre de 2024 aunque, hasta ahora, siempre había sido como respuesta a ofensivas iraníes previas. Esa vez respondió al lanzamiento de más de 180 misiles balísticos efectuado por Teherán un mes antes.
Irán atacó por primera vez Israel en abril de 2024, en una ofensiva que no causó víctimas ni daños. Respondía a un bombardeo israelí a la embajada de Irán en Damasco perpetrado semanas antes, que causó 14 muertos, incluidos siete miembros de la Guardia Revolucionaria.