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09 de junio del 2025.- Equipos negociadores de Estados Unidos y China han vuelto a reunirse este lunes para seguir negociando sobre un acuerdo comercial entre ambas potencias después de numerosas desavenencias entre ambos Gobiernos durante la última semana. Trump afirmó el viernes pasado que «la reunión debería ir muy bien», sin ofrecer más detalles sobre los temas a tratar.
Las conversaciones se prolongaran a lo largo de este martes. Poco se conoce sobre el encuentro, que tiene el objetivo de acercar posturas después de que los avances alcanzados en mayo se hayan visto turbados en las últimas semanas por numerosas polémicas.
El equipo negociador estadounidense está liderado por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick. A su vez, la delegación china está encabezada por el viceprimer ministro, He Lifeng, hombre de máxima confianza del presidente, Xi Jinping. Lifeng se encuentra de visita en el Reino Unido de manera oficial hasta el viernes por invitación del Gobierno británico.
La reunión ha comenzado antes de las 13.30 hora local (12.30 GMT) en Lancaster House, propiedad del Ministerio británico de Exteriores. Estaba previsto que las conversaciones terminaran sobre las 18.00 hora local (17.00 GMT), pero los equipos negociadores continúan dialogando. A pesar de esto, parte de la delegación china ha abandonado el lugar en tres furgonetas.
EE.UU. busca un pacto sobre tierras raras
EE.UU. confía en sellar con «un fuerte apretón de manos» algún tipo de acuerdo sobre el comercio de tierras raras (vitales para los fabricantes de automóviles y otras industrias), según ha comentado el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett. En este sentido, ha recordado que se trata de un punto de fricción importante porque China controla alrededor del 90% de estos materiales. Debido a esto, la ralentización de su suministro podría interrumpir la producción de algunas empresas estadounidenses que dependen de ellos.
«El propósito de la reunión de hoy es asegurarnos de que sean serios, pero también obtener el apretón de manos de Scott, Howard y Jamieson, nuestros tres principales negociadores comerciales, y dejar esto atrás», ha afirmado Hassett en declaraciones a la cadena CNBC.
Asimismo, en referencia a las demandas chinas sobre las restricciones a los semiconductores, el asesor presidencial ha reconocido que «después del apretón de manos» podrían aliviarse los controles de exportación implementados por EE.UU.
Acusaciones mutuas
El pasado 12 de mayo, después de las conversaciones en Suiza, EE.UU. y China, anunciaron la suspensión durante un periodo inicial de 90 días de una parte sustancial de los aranceles aplicados mutuamente. Pese a alcanzar esta tregua de tres meses, ambos países se han acusado mutuamente de incumplir lo acordado tras comprometerse Washington a rebajar sus gravámenes del 145% al 30%, y China del 125% al 10%.
Las exportaciones del gigante asiático hacia los EE.UU. se han desplomado un 34,5% interanual en mayo, según el servicio de Aduanas de China. Se trata de la mayor caída desde febrero de 2020, cuando el estallido de la pandemia de COVID-19 trastocó el comercio mundial.
Desde entonces, ambos países han intercambiado fuertes críticas por los semiconductores avanzados que impulsan la inteligencia artificial, las tierras raras y los visados para estudiantes chinos en universidades estadounidenses.
Una «guerra comercial no va en interés de nadie»
El Gobierno del primer ministro británico, Keir Starmer, se ha felicitado por albergar estas conversaciones como «nación que defiende el libre comercio». Además, un portavoz del Ejecutivo ha insistido que una «guerra comercial no va en interés de nadie».
La misma fuente ha informado de que la ministra británica de Economía, Rachel Reeves, se reunió el domingo tanto con Bessent como con Lifeng, mientras que el ministro de Comercio, Jonathan Reynolds, ha recibido este lunes a su homólogo chino, Wang Wentao.
El encuentro entre EE.UU. y China ha llegado precedido por las advertencias que la Casa Blanca ha hecho a Londres por motivos de seguridad. Desde el Gobierno estadounidense han presionado a los británicos para que no permitan a China instalar su nueva embajada en una zona cercana a la City financiera y a varios centros de datos, según la prensa local.
