06 de junio del 2025.- En apenas tres horas, las acciones de la compañía de vehículos eléctricos Tesla se desplomaron este jueves un 14%. O, lo que es lo mismo: se habían perdido 139.000 millones de euros (150.000 millones de dólares), en medio de la guerra a golpe de tuit entre su propietario, Elon Musk, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La evolución reciente de las acciones de Tesla refleja de manera simbólica la relación entre Trump y Musk: comenzó con un impulso prometedor tras el regreso del magnate a la Casa Blanca, alcanzando un máximo histórico de 488 dólares por acción en diciembre; pero posteriormente sufrió una caída significativa, perdiendo más del 40% de su valor y situándose en los 280 dólares este jueves.
El detonante fue la amenaza del presidente de Estados Unidos de eliminar los subsidios y contratos a las empresas del multimillonario sudafricano: «La forma más fácil de ahorrarnos dinero —miles y miles de millones de dólares— sería terminar con los contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!», dijo en un mensaje en su red social, Truth.
Trump respondía así a las críticas que Musk había realizado públicamente contra su plan fiscal. El fundador de Tesla llegó a calificar el programa propuesto por el líder republicano de «abominación repugnante», argumentando que aplicarlo aumentaría en gran medida la deuda nacional, en niveles ya de por sí muy elevados.
Crónica de una ruptura anunciada
Lejos quedan las imágenes de Elon Musk sentado en el Despacho Oval, junto a Donald Trump, sonriendo como aliado estratégico de la nueva Administración estadounidense.
El multimillonario sudafricano fue uno de los principales donantes de la campaña republicana (con la cifra inédita de 260 millones de euros) y, posteriormente, Trump le asignó el cargo de director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), creado especialmente para él con la misión de reducir el gasto público y modernizar el Estado con su visión tecnológica.
Pero su idilio apenas duró 130 días, tiempo suficiente para demostrar lo que muchos anticiparon: que el carácter de ambos hacía inviable una convivencia pacífica.
«Sin mí, Trump habría perdido las elecciones», le reprochó Musk en un mensaje en su cuenta de X, red de la que es propietario. Y más tarde afirmó que los aranceles a las importaciones, una de las medidas estrellas de la Administración Trump, llevarían a Estados Unidos a una recesión a finales de este año.
Caída de las inversiones
Pero, ¿quién pierde en esta guerra? En primer lugar, los estadounidenses. «Hay estudios publicados en los últimos días por el Financial Times que revelan el grado de desconfianza de las empresas a nivel mundial, y especialmente europeas, a invertir en los Estados Unidos», señala en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE el investigador asociado del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), Mariano Aguirre.
Esta caída de las inversiones tiene consecuencias directas para la economía del país, provocando un menor crecimiento económico, una pérdida de competitividad frente a otros países y una ralentización de la creación de empleo.
Esta misma semana, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reducía sus expectativas de crecimiento de la economía estadounidense al 1,6% este año y al 1,5% para 2026, lo que significa ocho y seis décimas menos, respectivamente, que lo que anticipaba en diciembre antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
En opinión de Aguirre, «las empresas necesitan predictibilidad, necesitan estabilidad y este Gobierno, la Casa Blanca, está haciendo exactamente lo contrario».
Musk pierde 30.000 millones en un día
Este freno en la inversión también se refleja en la bolsa. Y es que la caída de las acciones de Tesla este jueves le han costado a Elon Musk unos 30.000 millones de euros en un día (unos 34.000 millones de dólares). Es la segunda mayor caída diaria jamás registrada, solo por detrás de la que el propio Musk sufrió en noviembre de 2021 tras los malos resultados de Tesla.
Pese a ello, Elon Musk sigue siendo el hombre más rico del mundo, con un patrimonio cifrado en unos 340.366 millones de euros (387.900 millones de dólares), según Forbes. La fortuna del multimillonario sudafricano sería incluso 70 veces mayor que la de Donald Trump, que cuenta con un patrimonio neto atribuido de alrededor de 4.738 millones de euros (5.400 millones de dólares).
Millones de dólares en contratos, en peligro
Sin embargo, «hay intereses económicos más fuertes en juego», apunta el experto de CIDOB. Y es que la ruptura entre ambos socios podría poner en peligro los contratos que el Gobierno estadounidense mantiene con las empresas de Musk, que benefician a ambas partes, y promover más restricciones en materia de regulación, con claros perjuicios para el multimillonario sudafricano.
Precisamente, una de las empresas que más se ha beneficiado de la relación entre Trump y Musk ha sido SpaceX, calificada como la empresa privada emergente más valiosa del mundo. El Ejecutivo norteamericano mantiene acuerdos clave con la compañía aeroespacial, entre ellos, el transporte de astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) a través de la aeronave espacial Dragon o el contrato para desorbitar la EEI en 2030.
Es, de hecho, una infraestructura clave para el país en su carrera espacial: Washington depende de esta aeronave para transportar personal y objetos hacia la EEI y fue la que se utilizó para traer de vuelta a los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams después de que estos pasaran meses sin poder regresar a la Tierra.
Teniendo en cuenta su relevancia, el propio Musk amenazó este jueves a Trump con desmantelar la aeronave espacial Dragon de SpaceX, aunque más tarde se retractó.
En liza también estarían el impulso al coche autónomo, que Musk ansía poner en marcha para desarrollar su proyecto de taxis sin conductor; a la startup de implantes cerebrales Neuralink o la compañía de inteligencia artificial Open-IA.
Pérdida de credibilidad sobre Trump
Para Trump, por su parte, perder el respaldo de Musk amenaza su creciente influencia entre los donantes tecnológicos y podría complicar la recaudación de fondos antes de las elecciones intermedias del próximo año. «Están muy preocupados en el Partido Republicano, en la medida en que Musk puede dejar de ser un financiador de campañas para las elecciones del próximo año», explica el experto.
Además, el propietario de Tesla ha preguntado a sus seguidores si «es hora de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que represente realmente al 80% que está en el medio», lo que a juicio del investigador de CIDOB «complicaría todavía más las cosas a un partido republicano hoy totalmente alineado con la ultraderecha».
En pocas horas, la consulta superó los 16,3 millones de visualizaciones y generó un claro respaldo a la idea: el 82,1% de los seguidores respondió que sí. Está por ver en qué se materializa y hasta dónde llega el enfrentamiento entre los antiguos socios y ahora adversarios.