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Trump firma un acuerdo de inversión con Arabia Saudí de 600.000 millones de dólares en defensa y energía

13 de mayo del 2025.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado este martes su primera gira internacional desde su regreso a la Casa Blanca. Trump ha llegado a Arabia Saudí, donde ha firmado acuerdos de inversión por el valor de 600.000 millones de dólares, y el miércoles visitará Catar y Emiratos Árabes Unidos; los tres países clave en la mediación de conflictos como la invasión rusa de Ucrania, la ofensiva israelí en Gaza o la guerra en República Democrática del Congo. «Será histórico», ha asegurado Trump.

Su llegada se produce en un momento crítico para la región por los intentos por parte de Washington de reconducir el diálogo nuclear con Irán, asegurar el libre tránsito de mercancías por el mar Rojo amenazado por los ataques de los hutíes de Yemen, poner los cimientos de una salida a la guerra de Gaza o abordar el complejo tablero sirio tras la caída del régimen de Bachar al Asad.

Acuerdos de energía, defensa y tecnología con Riad
Trump ha arrancado la gira con la vista puesta en los negocios. En la capital saudí ha sido recibido por el príncipe heredero del país, Mohamed bin Salmán, y ambas potencias han firmado un acuerdo de venta de defensa por casi 142.000 millones de dólares (unos 127.500 millones de euros). Riad recibirá equipos y servicios de vanguardia de empresas estadounidenses. El acuerdo también incluye la exportación de turbinas de gas y soluciones energéticas de la empresa General Electric por un total de 14.200 millones de dólares, y de aviones de pasajeros Boeing 737-8 por 4.800 millones de dólares, según ha informado la Casa Blanca, que ha asegurado que es el «mayor acuerdo en venta de defensa de la historia».

El acuerdo de defensa forma parte de un compromiso de inversión saudí de 600.000 millones de dólares (538.800 millones de euros) en Estados Unidos, en el que se incluye la creación de varios fondos conjuntos para inversiones en sectores específicos: 5.000 millones de dólares para un fondo de energía y otro de defensa e industria aeroespacial, así como otro de 4.000 millones centrado en deportes.

Desde hace años, ambos mandatarios han mantenido una buena sintonía. «Realmente creo que nos caemos muy bien», ha señalado Trump durante la reunión en Riad con Bin Salman. El ministro de Inversiones saudí, Khalid al-Falih, ha señalado en el foro de inversiones Arabia Saudí-Estados Unidos, que ha inaugurado Trump, que «si bien la energía sigue siendo un pilar fundamental de nuestra relación, las inversiones y las oportunidades de negocio en el reino se han multiplicado enormemente».
Sin escala en Israel
Otro de los objetivos de Trump es normalizar las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Israel. En 2020 y con la mediación de EE.UU. se firmaron los Acuerdos de Abraham con los que varios países árabes establecían lazos con Israel, pero Arabia Saudí no estaba en la lista de países signatarios.

Durante su intervención en el foro de inversiones, Trump ha expresado su «ferviente deseo» de que el reino saudí firme pronto su propio acuerdo de normalización con Israel y ha añadido que «lo harán a su debido tiempo». «Será un día especial en Oriente Medio, con todo el mundo observando, cuando Arabia Saudí se una a nosotros. Y me honrarán enormemente a mí y a todas aquellas personas que han luchado tan arduamente por Oriente Medio», ha declarado Trump.

Trump no viajará a Israel, una decisión que ha levantado dudas en el país acerca de la posición de Washington tanto por la guerra en Gaza como por el cese de ataques a los hutíes. «El mensaje a la región era claro: Israel ya no es una prioridad de los Estados Unidos», escribió el corresponsal diplomático para el portal de información israelí Ynet, Itamar Eichner.

Asimismo, un funcionario israelí señaló a Reuters que el anuncio de Trump de que Washington dejaría de bombardear a los hutíes (respaldados por Irán) días después de que un misil lanzado por el grupo rebelde golpease el aeropuerto principal de Israel era «una especia de vergüenza». A esto se suman las conversaciones que Estados Unidos tuvo con Hamás —en las que no participó Israel— que llevaron a la liberación del rehén estadounidense-israelí Edan Alexander el lunes.
Trump plantea unirse a las conversaciones entre Kiev y Moscú en Turquía
En febrero de este año y coincidiendo con el tercer aniversario de la invasión rusia de Ucrania, Riad organizó la primera reunión de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia en casi cinco años. El alto el fuego no se consiguió pero pavimentó las conversaciones futuras.

En los últimos días, los aliados europeos han recrudecido la presión sobre Rusia para que acepte una tregua con Ucrania negociada por las dos partes. El sábado, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y los mandatarios de Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia pidieron de manera conjunta desde Kiev un alto el fuego incondicional de 30 días a Rusia.

Sin embargo, Rusia lo ha rechazado al considerar que amenazarle con sanciones si no cumple la tregua es «inadmisible».
Putin propuso empezar negociaciones directas entre ambos bandos este jueves en Turquía, y Zelenski lo elevó al más alto nivel: invitó a su homólogo ruso a reunirse con él en persona, aunque no ha recibido respuesta.

Trump, que lleva semanas presionando a Ucrania y Rusia, ha planteado la posibilidad de viajar a Turquía y unirse a las conversaciones entre Kiev y Moscú. «Tengo muchas reuniones, pero estaba considerando viajar allí. No sé dónde estaré en ese momento en particular. Estaré en algún lugar de Oriente Medio, pero volaría allí si creyera que sería útil», señaló desde la Casa Blanca.

El presidente estadounidense ha insistido en que ambos países deben sentarse a la mesa para acordar un cese en las hostilidades. «Creo que podrían obtener un buen resultado de la reunión del jueves en Turquía entre Rusia y Ucrania», aseguró.

En su red social, Truth Social, Trump ha indicado que «Rusia no quiere tener un acuerdo de alto el fuego con Ucrania, sino que quiere reunirse el jueves en Turquía para negociar un posible fin del BAÑO DE SANGRE».

Durante su discurso en el foro de inversiones Arabia Saudí — Estados Unidos, Trump ha agradecido a Arabia Saudí por el «papel constructivo que ha desempeñado a la hora de facilitar las conversaciones de Ucrania». «Han estado maravillosos. Si conseguimos [un alto el fuego], os lo agradeceremos de una manera especial», ha añadido.

Trump ha recordado que si él hubiera sido presidente, la guerra entre Rusia y Ucrania «nunca habría sucedido», pero se ha mostrado optimista respecto a las conversaciones en Turquía: «Podrían dar muy buenos resultados. [El secretario de Estado de Estados Unidos], Marco Rubio va a ir a Turquía». También ha vuelto a insinuar su posible presencia en Estambul este jueves.


Catar, escenario de las negociaciones Israel-Hamás
Paralelamente, la presencia de Trump se produce también en plena ofensiva israelí sobre Gaza. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no intensificará la ofensiva en Gaza hasta que Trump regrese a Estados Unidos y, de hecho, enviará una delegación a Doha este martes para negociar la liberación de los rehenes que siguen en manos de Hamás dentro de la Franja.

Un alto funcionario de defensa israelí afirmó el pasado lunes que existía una «ventana de oportunidad» para un acuerdo sobre los rehenes durante la visita de Trump en la región, pero que de lo contrario, Israel iniciaría una nueva operación en el enclave: «Si no se llega a un acuerdo sobre la toma de rehenes, la operación Carros de Gedeón comenzará con gran intensidad y no se detendrá hasta que se alcancen todos sus objetivos».

Hace una semana, el Gobierno israelí votó a favor de ampliar la ofensiva sobre Gaza con el objetivo de intensificar sus operaciones contra Hamás y, si hiciese falta, apoderarse de todo el enclave y retener sus territorios. El Gobierno también planteó levantar el bloqueo a la ayuda humanitaria y que esta fuese distribuida desde centros israelíes militarizados, algo que tanto la ONU como varias ONG han condenado fuertemente.

El lunes, Hamás liberó al último rehén estadounidense-israelí con vida, Eden Alexander, un sargento de 21 años que se enroló voluntariamente en el Ejército israelí y que llevaba desde los 19 secuestrado.
La liberación se ha visto como un gesto de buena voluntad por parte de Hamás hacia Trump (en las conversaciones previas a la liberación no participó Israel), con el ánimo de facilitar las negociaciones del alto el fuego en la Franja de Gaza. Netanyahu, sin embargo, «ha dejado claro que las negociaciones sólo se llevarán a cabo bajo fuego», según indica una nota publicada por su oficina.

A mediados de marzo, Israel rompió la tregua en Gaza cuando estaba a punto de cumplir dos meses. Desde entonces, el Ejército israelí ha destrozado escuelas, ha asesinado a miles de palestinos y ha bloqueado el acceso a toda ayuda humanitaria. La Organización Mundial de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido que más de 2,2 millones de personas se exponen a la hambruna si Israel no levanta el bloqueo, que ya lleva dos meses.

Catar ha sido el escenario de varias rondas de negociación entre Israel y Hamás en las que, con la mediación de Estados Unidos y Egipto, se ha buscado avanzar en un alto el fuego en la Franja, conseguir la liberación de todos los rehenes y asegurar el acceso de ayuda humanitaria al enclave.

Más allá de la guerra, el viaje ha comenzado con polémica por el regalo que recibirá el presidente de parte de Catar. Trump tiene la intención de aceptar un avión Boeing 747-8 como regalo de la familia real catarí, que luego sería equipado para servirle como Air Force One, según ha señalado una fuente informada sobre el asunto.

El avión de lujo, valorado en 400 millones de dólares, sería uno de los regalos más valiosos jamás recibidos por el Gobierno estadounidense y pasaría a ser donado a la biblioteca presidencial de Trump después de que deje el cargo, según la fuente.

Esta decisión ha recibido críticas por parte de demócratas y defensores del buen gobierno, que han condenado la propuesta y han argumentado que planteaba importantes preocupaciones éticas y legales. «Nada representa ‘América Primero’ como el Air Force One, presentado por Qatar», escribió el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, en X. «No se trata solo de soborno, sino de influencia extranjera de primera calidad con espacio adicional para las piernas».

Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que «cualquier obsequio otorgado por un Gobierno extranjero se acepta siempre en pleno cumplimiento de todas las leyes aplicables. La administración del presidente Trump está comprometida con la transparencia total».

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