06 de mayo del 2025.- El líder conservador Friedrich Merz se ha convertido este martes en el nuevo canciller de Alemania. Lo ha hecho tras una mañana convulsa en la que ha sufrido una inesperada derrota sin precedentes al no resultar elegido en primera votación, por lo que ha tenido que esperar a un segundo intento por la tarde. Este varapalo ha puesto en duda su nueva alianza con los socialdemócratas de centroizquierda (SPD), con quienes firmó un acuerdo de coalición el lunes.

Para ser investido, Merz necesitaba la conocida «mayoría del canciller»: 316 votos que corresponden a más de la mitad de los 630 miembros de la Cámara Baja o Bundestag. La coalición contaba con 328 diputados, pero en la primera votación solo ha logrado 310 votos. Esto significa que al menos 18 diputados de la alianza no lo habrían respaldado, aunque no ha trascendido su identidad. Por la tarde y tras una mañana de negociaciones parlamentarias, Merz ha recabado 15 votos más y ha resultado elegido.
El rechazo inicial al mandato de Merz en una sesión prevista como mero trámite cuestiona la fortaleza de la coalición antes de que eche a andar. El bloque conservador de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merz y su hermana bávara Unión Socialcristiana (CSU) cuenta con 208 escaños, mientras que los socialdemócratas tienen 120, lo que se traducía en un margen de 12 votos para ser elegido a la primera. Sin embargo, la falta de seis votos ha generado desconcierto en las dos formaciones: el voto es secreto y se desconoce quién ha rechazado la investidura por la mañana.
Desconcierto en el Bundestag
«El diputado Friedrich Merz no ha obtenido la mayoría necesaria de al menos 316 votos. De conformidad con el apartado 2 del artículo 63 de la Ley Fundamental, no ha sido elegido canciller federal de la República Federal de Alemania», ha indicado la presidenta de la Cámara Baja, Julia Klöckner, tras la votación de la mañana. Ante la situación inédita, que ha dejado perplejos a los diputados, ha suspendido la sesión para que los grupos parlamentarios pudieran deliberar sobre los próximos pasos.
En la primera vuelta, de un total de 630 diputados han votado 621. Pese a contar sobre el papel con una mayoría suficiente, 310 han apostado por Merz y 307 se han opuesto. También ha habido un voto nulo y tres abstenciones. A pesar de que todos los diputados de la coalición negociada (CDU, CSU, SPD) estaban presentes en el Bundestag, los números no alcanzaban para investir a Merz. La oposición, formada por Alternativa para Alemania (AfD), Los Verdes, La Izquierda y dos diputados independientes, cuenta con 302 diputados, lo que supone al menos cinco miembros de la coalición han votado en contra de su propio candidato en la primera vuelta.
Al rededor de las 16.15 y después de ser elegido canciller, Merz ha recibido un acalorado aplauso tras el que ha agredido la «confianza» de sus filas. La coalición de conservadores y socialdemócratas respira ahora aliviada después de una mañana frenética en el Bundestag.
A continuación, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha nombrado oficialmente canciller Merz. «En nombre de la República Federal de Alemania y en base al artículo 63, apartado 2, frase 2, nombro al señor Friedrich Merz canciller federal. Berlín, 6 de mayo de 2025. El presidente federal», ha certificado. Tras recibir y agradecer las felicitaciones del presidente, el conservador ha salido de la sala en el Palacio de Bellevue, residencia oficial del presidente, para dirigirse de nuevo a la Cámara Baja, donde deberá jurar el cargo ante los diputados.
Los socialdemócratas como socios de Gobierno
El bloque conservador CDU-CSU ganó las elecciones nacionales en febrero con el 28,5% de los votos, un porcentaje insuficiente para gobernar en solitario. Necesitaba al menos un socio para formar Gobierno y su formación acordó formar una coalición con los socialdemócratas, que obtuvieron su peor resultado en la historia alemana de la posguerra con un 16,4%.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se situó como segunda fuerza en las elecciones, con el 20,9%, pero Merz rechazó colaborar con la formación, excluyéndola de una coalición en virtud del cordón sanitario. Su líder, Alice Weidel, ha catalogado el fracaso de la primera vuelta como una demostración de «lo frágiles que son los cimientos de esta coalición» y ha demandado la celebración de nuevas elecciones al exigir la dimisión del líder democristiano.
Los Verdes, en cambio, han considerado que el fracaso histórico del líder conservador es una situación seria, pero que peor sería la convocatoria de nuevas elecciones. La presidenta del grupo en la Cámara Baja, Britta Hasselmann, ha señalado que la confianza en Merz y el vicecanciller, el socialista Lars Klingbeil, ha quedado «resquebrajada» después de que la víspera aseguraran tener los 316 votos necesarios para ganar en primera vuelta la elección.
La credibilidad del nuevo Gobierno, en duda
A pesar del eventual éxito de Merz en esta nueva votación, su primer fracaso pone en duda la credibilidad del futuro Gobierno, ya que liderará el país con una insólita imagen de debilidad. El lunes, miembros del partido habían expresado su confianza en que lograría la mayoría. Fue entonces cuando los de Merz ponían fin a más de dos meses de negociaciones firmado un acuerdo de coalición con los socialdemócratas que incluía el reparto de ministerios y una agenda común. Por ello, antes de la primera votación, los líderes de la nueva coalición de Gobierno entraban con la frente alta a la cámara, muy seguros de su pacto.
Los objetivos de ambas formaciones son reactivar la economía, limitar la migración irregular y volver a tener más peso en un mundo geopolíticamente convulso por la guerra en Ucrania y el distanciamiento de Estados Unidos de Europa. Tras publicar el acuerdo, el líder conservador prometió «sacar adelante a Alemania» en estos tiempos de «gran incertidumbre».
Abogado de formación, Merz es un viejo conocido de la política alemana, pero nunca ha ocupado un cargo ejecutivo. Cuando en 2018 Angela Merkel anunció su intención de retirarse, Merz decidió hacer campaña para reemplazar a su antigua rival como líder de la CDU. Lo intentó sin éxito a finales de 2018 y principios de 2021, hasta que fue elegido en diciembre de 2021. Ahora, está llamado a tomar las riendas de Alemania durante los próximos cuatro años, pero menos de tres meses después de su victoria en las elecciones legislativas, su índice de popularidad está ya en mínimos históricos.
Este martes, Merz se ha convertido en el primer candidato a canciller en la historia del país que no ha sido elegido en la primera ronda. Nunca antes un canciller designado había fracasado en las elecciones al Bundestag después de unas negociaciones de coalición exitosas.
En la historia política alemana ha habido otros casos de elecciones al cargo de canciller decididas por márgenes muy estrechos. El cristianodemócrata Konrad Adenauer, por ejemplo, fue elegido primer canciller de la República Federal de Alemania el 15 de septiembre de 1949 por un solo voto, al obtener 202 a favor y 142 en contra, de un total de 402 miembros del Bundestag. Décadas después, en 1994, su correligionario Helmut Kohl también logró el cargo con una diferencia mínima: apenas una papeleta. El socialdemócrata Gerhard Schröder contó con un margen algo más amplio en 2002, al superar por tres votos el mínimo requerido.
Klingbeil, la nueva estrella socialdemócrata y ‘número 2’ de Merz
Lars Klingbeil, el nuevo vicecanciller y ministro de Finanzas y, por tanto, el hombre fuerte de los socialdemócratas en el nuevo Gobierno de coalición de Friedrich Merz, es un político de nueva generación versado en redes sociales y feminista declarado, que ahora alcanza como nueva estrella de su partido el cénit de su carrera como ‘número dos’ del Ejecutivo germano.
Klingbeil nació en 1978 en Soltau, una ciudad de tamaño medio en Baja Sajonia, si bien creció en Munster, que todavía considera su hogar, en el seno de una familia en el que el padre era soldado profesional y su madre una vendedora minorista.
Desde joven empezó a descubrir su vena política. «Como representante estudiantil en el instituto de Munster, hice campaña con muchos otros por un discobús, me manifesté contra los neonazis y fui a la huelga por una educación mejor. Entonces aprendí que se puede cambiar las cosas si se persevera y se tienen buenos argumentos», indica Klingbeil en su biografía.
Estudió Ciencias Políticas, Sociología e Historia en Hannover y efectuó varias estancias en Estados Unidos. Tras recabar experiencia en la política local, pronto empezaría a trabajar con el entonces canciller Gerhard Schröder.
En ese momento ya empezó a despuntar como «aprendiz» de político a nivel nacional y no tardó en convertirse en vicepresidente federal de los ‘Jusos’, las juventudes socialdemócratas. Desde allí saltó directamente a la Cámara Baja como diputado en 2009 y ocupó varios cargos en el partido hasta que, en 2017, se produjo el verdadero salto para Klingbeil, cuando se hizo con el puesto de secretario general del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).
En ese cargo, inició procesos de renovación y organizó dos negociaciones de coalición, además de dirigir la campaña electoral a la Cámara Baja en 2021, la que llevó a Olaf Scholz a la Cancillería Federal. En el plazo de cuatro años, Klingbeil consiguió saltar a la copresidencia del partido, desde la que dirigió en 2023 la última campaña electoral, en la que el SPD cosechó el peor resultado de su historia.
Pese al batacazo, el político alemán fue elegido en febrero como jefe del grupo parlamentario del SPD, cargo que traspasará ahora, tras lograr desplazar a otros pesos pesados. Klingbeil se redimió en las negociaciones de coalición con el bloque conservador, en las que consiguió para su partido siete ministerios y para sí mismo el puesto de poderoso ministro de Finanzas y vicecanciller.
Con su nuevo jefe directo, Friedrich Merz, se lleva bien e incluso se tutean desde las negociaciones, algo no muy habitual en Alemania, donde la persona de mayor edad debe ofrecerle ese trato al más joven. Sus ambiciones políticas nunca han sido un secreto. En el SPD se dice que quiere convertirse en candidato a canciller en 2029.
Al igual que Merz, Klingbeil no ha ejercido hasta ahora un puesto gubernamental. Tampoco tiene una gran experiencia en la cartera que ocupará en el nuevo Gobierno. Su mayor reto será volver a poner en pie a la renqueante economía alemana.
Pero él declaró el fin de semana que ha aprendido desde pequeño a cuidar sus propias finanzas. Eso sí, confesó haber estado en números rojos en su propia cuenta bancaria como estudiante y cuando se construyó una casa.
Klingbeil, que está casado, se confiesa creyente, si bien no va regularmente a la Iglesia, y es, a diferencia de Merz -22 años mayor-, un político que se ha atrevido también con TikTok y se declara feminista. Recientemente, reveló que enfermó en 2014 de un cáncer, del que fue tratado con éxito.