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Pueblo chico, infierno grande

Columna Política «Ensalada de Grillos», Por Ciro Castillo (12_VI-19).- Nos contaron la historia del municipio de Bochil, en la región de Los Bosques, y es algo así como pueblo chico e infierno grande. Es una guerra encarnizada por el dinero.

La eterna confrontación en esa zona del estado quizá tiene que ver con el pasado. Los habitantes locales son tzotziles descendientes de los mayas, pero los conquistadores fueron los aztecas, conflictivos y sanguinarios como nadie.

En Bochil el conflicto es frecuente. Las comunidades fueron mal acostumbradas al reparto de dinero, mediante programas como Copladem y prácticamente ya está calendarizada la entrega.

En palabras del escritor peruano, Mario Vargas Llosa hablando de México, el municipio de Bochil es como una dictadura perfecta, pero chiquita.

Es perfecta cuando el que llega al poder “salpica” y salpica para todos los que están en “el ajo”, “en la jugada”, “en la movida chueca”, en el “piquete de ojo”.

Cuando un presidente municipal como Gildardo Zenteno Moreno llega al poder, se pone “terco como una mula”, y prefiere meterse en el celular antes que encontrar una solución a la problemática de su municipio, entonces vienen los bloqueos y “los secuestros” de funcionarios.

AGENTES MUNICIPALES COMO ARROZ

Bochil es tan complejo y hay tanta hambre por el reparto del dinero que algunas comunidades tienen más de un agente municipal. Hay muchos a quienes “sobarles la mano con manteca”.

Por ejemplo, Luis Espinosa cuenta con 18 agentes municipales, pero hay otros con 12, con seis, con cinco, con 10; eso sí, todos quieren ser salpicados.

Cada comité organizador de una fiesta patronal pide una “cooperación” para la celebración, y en cada gobierno municipal nuevo la vara se pone más alta.

La cosa se complica todavía más cuando la diputada por la región, Iris Adriana Aguilar Pavón, mete las manos para enturbiar más el agua y para hacer valer aquel dicho de que “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

Claro, la legisladora no se manda ni opera sola, sino con el apoyo de Roberto Aquiles Aguilar Hernández, quien impuso a su hijo como presidente municipal de Ixtapa, pero también quiere dominar Bochil. Total, negocio es negocio.

Por toda esta historia que acabamos de relatar no se extrañe que el presidente municipal de Bochil sea el siguiente que caiga. Lo dicho, pueblo chico, infierno grande…

SIMOJOVEL NO DESENTONA

Simojovel, municipio de la misma región, tampoco desentona. Apenas el lunes por la noche, en plena celebración de San Antonio de Padua, hubo una confrontación que pudo terminar en tragedia.

Un grupo de rijosos encabezados por el arquitecto, Roberto Gordillo, quien ya chupó de la teta del erario cuando fue director de obras públicas y cuando fue candidato por el partido Mover a Chiapas, bloqueó los accesos al municipio famoso por sus minas de ámbar.

El bloqueo carretero evitaba el ingreso del grupo musical que amenizaría la fiesta tradicional y ponía contra la pared a la presidenta municipal, Viridiana Hernández, a quien se intenta poner contra la pared para obligarla a la entrega de recursos del programa de empleo temporal.

Los habitantes, inconformes con el “mitote” del bloqueo y ansiosos de fiesta, se organizaron y fueron a desalojar a los que pusieron el “taponeo” aunque antes hubo estruendos y no fueron precisamente cohetes, sino balazos.

Dicen que en la refriega hubo carros golpeados, carros volteados y hasta heridos de bala. Aunque la cosa no pasó a mayores, ahí está la la ambición de poder y del hambre por obtener recursos a costa de lo costa de lo que sea. Otra muestra de otro pueblo chico, infierno grande…

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