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Artículo de Fondo «Repercusiones», Por Samuel Maldonado B. (10-XII-18).- De hacer lo que antes hacía¡. Con todo el poder que emana de su alta posición como Presidente de la República, Andrés Manuel dejó de ser, para sus amigos, lo que antes era; es decir, amigo de sus amigos. A partir de su empoderamiento no debe ni puede hacer lo que sería para él rutinario. Ahora, antes de “hacer” lo debe analizar una y otra vez para evitar equivocaciones que puedan dañar seriamente al país y en consecuencia a los mexicanos.
Sus amigos, considero ahora, deben mantenerse más atentos y buscando la mejor forma de ayudarlo en la compleja acción de gobernar. Es importante el no estorbar y evitar y complicar más los problemas que en el país desafortunadamente tenemos por el mal proceder, no solamente de quien desgobernaba el país los seis años anteriores, sino el lastre arrastrado por la ineficacia y deshonradez de sexenios y sexenios que han puesto al país al borde del despeñadero, principalmente por la inutilidad del que se fue.
Ningún gobernante, por más astuto, más inteligente y honrado que sea, no dejará nunca satisfecho a su pueblo y siempre existirán denuestos y cometarios amargos y negativos unos e irrisorios otros, por lo que buscando cooperar para el bien general de México, sus más cercanos amigos deberán ser muy discretos, muy dinámicos y sobre todo, entender y reconocer que entre menos estorben, más se los agradecerá, no él, sino la mayoría nacional en lo general.
El llamarlo por su nombre antes de ser lo que ahora representa, era muy natural y ahora sus amigos que, seguramente están consientes de los cambios sufridos, habrán de respetar los protocolos que la historia del país ha marcado en todas sus etapas por las que la República Mexicana ha pasado. Tenemos que tomar en cuenta y aceptar que, hasta antes de su protesta como Presidente de la República el primero de diciembre, ahora Andrés Manuel es otro; ¡no se debe ya a sus amigos¡ y, siendo la misma persona, es muy diferente ahora. ¡Se debe ya, a toda la Nación, hayan votado por el o en contra!.
En forma personal, me llena de satisfacción la conducta seguida desde el principio de su campaña política y sobre todo resalto su llegada a la sede del Poder Legislativo, la protesta como Presidente de la República, el ceremonial indígena y la fuerza imponente del respaldo popular.
Andrés Manuel, durante los seis años que siguen, ya no será el mismo, por más que lo intente ¡no debe ser el mismo!. Ya se debe a la República y no deberá caminar sólo, sin escolta, tal como lo quiere y tal como lo hacía el gran General Lázaro Cárdenas del Río cuando como titular del titular del Poder Ejecutivo Nacional, en la calles del centro, caminaba a lo largo de San Juan de Letrán (ahora denominada con el nombre de tan insigne Presidente) en el centro histórico de México
¡La gente se sorprendía al verlo caminar por el centro Histórico, sin escolta alguno!, tal como lo quiere hacer AMLO. Desde luego que es loable su deseo de seguir sin “guaruras”, pero desafortunadamente, los tiempos actuales son muy diferentes. Ahora impera el crimen y los intereses económicos de los grandes potentados han salido lastimados.
A partir del 1 de diciembre, Andrés Manuel, ya no es el anterior a la fecha citada, y quiéralo o no, tiene que reconocer la realidad que vive.
De pronto se tornó en un personaje internacional y con pleno poder de hacer lo que en su razón y principios crea. Él ya no es el amigo con el que incluso se podía vacilar, o de entrar a una cantina y tomarse unos tragos.
¡El ya no es el amigo conocido de antaño, es el representante de todos los mexicanos y se debe a todos, hayan votado o no por él¡. Si quiere realizar su proyecto nacionalista tendrá que reconocer que él de ninguna manera debe caminar solo por donde quiera y sin protección alguna.
