Inicio / Noticias / Estatal / Todo merezco, menos la cárcel dirá Duarte (Columna «Sendero Político»)

Todo merezco, menos la cárcel dirá Duarte (Columna «Sendero Político»)

Columna «Sendero Político», Por José Cruz Delgado (17-IV-17).-

Finalmente cayó uno de los hombres más repudiados por la sociedad mexicana, Javier Duarte.

Su nombre vivirá en la infamia por siempre, recordado como la personificación de la corrupción más lacerante. Mucho tiempo había pasado desde que López Portillo y su amigo el Negro Durazo nos robaran descaradamente. También años desde que La Quina y su imperio cayeron, pero el veracruzano se cuece aparte.

Su cinismo, su descaro y su autocomplacencia respecto a la manera en que convirtió su gobierno en una industria para beneficio personal lo hacen destacar entre los ladrones. Él no robaba relojes y carteras arriesgando el pellejo en alguna calle, Duarte se hizo de una fortuna que a muchos les lleva generaciones construir, a base de desviar el presupuesto de educación y de salud desde la comodidad de su oficina.

Su creencia de que él y su familia merecían riqueza y abundancia es el reflejo de toda una generación de políticos para quienes el servicio público es un concepto desconocido. Forma parte de un grupo que nos muestra la decadencia de una sociedad con toda su crudeza.

Y, aunque estemos indignados por el hecho de que nadie hizo nada por impedirle que se robara el dinero público durante todo su sexenio, es imposible regatearle el reconocimiento de su captura al gobierno. ¿Que lo dejaron escapar? ¿Que ellos mismos lo ocultaban? ¿Que lo iban a matar para que no los salpicara? ¿Que si con eso piensan ganar el Edomex? ¿Que si Pedro Infante está vivo? “Haiga sido como haiga sido”, diría un expresidente, el tipo pasará el resto de su vida tras las rejas.

En la captura de Javier Duarte fue clave el papel de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal, al mando del Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, quien con su clásico buen olfato policiaco supo armar la estrategia para que fueran los familiares de Duarte quienes los guiaran desde Toluca hasta la guarida del exgobernador en Guatemala… sin que éstos se dieran cuenta.

Beltrones, en la ALDF

Este miércoles el sonorense Manlio Fabio Beltrones hará gala de su experiencia política en la Asamblea Legislativa del DF. Junto con Porfirio Muñoz Ledo y los investigadores de la UNAM Pedro Salazar Ugarte y Daniel Barceló Rojas encabezará el foro Gobierno de Coalición en la Ciudad de México. Habrá qué estar muy atentos a las conclusiones de esta mesa de primer nivel.

Meade cumple

Al contribuyente cumplido la Secretaría de Hacienda, de José Antonio Meade, también le cumple. A través del SAT se reporta que al corte de hoy habrán entregado 7 mil 500 millones de pesos en devolución de impuestos con saldo a favor de quienes han presentado su declaración anual 2016, y que en promedio cada contribuyente recibe 7 mil 500 pesos. Buena noticia para esta semana de Pascua.

Se le zafó un tornillo

Parece que a Isidro Pastor se le zafó otro tornillo. Resulta que el improvisado candidato independiente al gobierno del Estado de México anda proponiendo que la entidad se divida en cuatro o cinco estados, cada uno con su presupuesto, estructura y su propio Congreso local de 10 o 12 diputados. ¿Será que el reto de gobernar a 15 millones de habitantes le queda grande?

Tiene poca lógica la percepción de que la captura de Javier Duarte es una medida electorera del partido en el gobierno para levantar las campañas de los candidatos priistas en las gubernaturas del Edomex, Coahuila y Nayarit, y las alcaldías en Veracruz.

¡Por favor! A ningún partido le beneficia que sean exhibidos sus corruptos. Así que, para el PRI, la caída del exgobernador de Veracruz ha venido a ser un batacazo mucho más fuerte de lo que lo era mientras se encontraba prófugo.

Después de seis meses de haberse esfumado, Duarte estaba siendo un espectro, una denuncia cansina de la oposición, una cadena de desfalcos por montos que ya escapaban a la imaginación de las personas comunes por ser tan altos, una mención en medios. Vamos, hasta se pensó estaba muerto.

Mucho más si se tiene en cuenta que su caída se produce a pocos días de la de otro exgobernador priista, el tamaulipeco Tomás Yarrington, y de que existe una orden de búsqueda y captura contra el exgobernador de Chihuahua César Duarte.

Por eso tiene de todo, menos lógica, la creencia de los opositores al partido en el gobierno acerca de que Duarte es un chivo expiatorio para el partido en el gobierno. Porque, en todo caso, lo que hace pensar es que lo que querían era que Duarte… no fuera detenido.

Tampoco tiene mucha lógica la suposición de que el electorado que piensa que el PRI es corrupto, dejará de creerlo sólo porque un corrupto ha sido capturado. Considerarlo es, cuando menos, un insulto a la inteligencia y al sentido común de los ciudadanos.

Por más complicidades que rodeen a Javier Duarte su detención era un debe para el Gobierno y el país, algarabía que empezó en el café La Parroquia.

No había manera de que evadiera tanto tiempo la justicia. A sus innumerables tropelías permitidas desde el Gobierno federal, se sumó la indignación nacional que lo colocó como la personificación de la corrupción.

Por más que el Gobierno federal le diera largas al asunto llegó el momento en que tenía que tomar una decisión. Detuvo a Duarte porque, más allá del uso político que pueda hacer del caso, se había convertido en la cara más acabada de la corrupción política en el país; es lo más oprobioso que hayamos vivido en los últimos años en la materia.

Javier Duarte no existía ni se movía solo. Veremos si ahora habla. Una cosa es estar en libertad y dejar espacios a la especulación que puedan afectar a sus cómplices y beneficiarios, y otra es estar en un penal de alta seguridad, al que va directito.

Javier Duarte pudiera ser hoy un hombre asustado y temeroso al que se le debiera acabar su vida pública por acción de la justicia. Con todas las contundentes evidencias que hay en su contra, pudiera ser sólo un trámite legal escucharlo.

Javier Duarte en estas primeras horas ha manifestado una actitud soberbia, a decir de las autoridades guatemaltecas, o quizá sea el exceso de confianza. Debe saber que hay una cámara que lo graba y que nosotros también lo veremos.

Es difícil abstraerse del eventual uso político que se pueda hacer de la aprehensión. El eje de las campañas en los estados en donde hay elecciones se ha centrado, por parte de la oposición, en la corrupción flagrante del Gobierno federal y los estatales.

El uso que haga el Gobierno del caso Duarte, como también lo podría hacer con Tomás Yarrington más los que vengan, tratará de cambiar la muy deteriorada imagen que se tiene del Gobierno. En algún sentido las detenciones le han caído al Gobierno en tiempo y forma.

Pero, ya capturado, Duarte se convierte en un símbolo tangible de la corrupción del PRI, en noticia de todos los días mientras duren las actuales campañas: un lapso que, para más, coincide con el periodo que debe durar el proceso de extradición.

Es decir: en las actuales campañas Duarte hacía menos daño al PRI estando prófugo que capturado. Ahora van a adquirir connotaciones todavía más indignantes las repeticiones de las noticias sobre sus grandes estafas, sus dinerales, sus ranchos, la impunidad con la que actuó durante seis años.

Ver también

La huella de la traición (Columna Política «El francotirador»)

*SE PERFILA BLANCA LA GANADORA. *LE COBRARÁN LA FACTURA A FANNY ARREOLA POR TRAIDORA EN …

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *