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Columna Política «elquenocae…», Por Leopoldo G. Arenas (06-IV-17).- Faltando más de un año para la elección presidencial, diariamente nos encontramos con mediciones de opinión.
Somos bombardeados día a día con un sinnúmero de cifras, periódicos, televisoras, redes sociales y casas encuestadoras realizan mediciones y nos informan (según ellos) el lugar que ocupan los posibles candidatos dentro de las preferencias de la población.
Lo risible de esta situación está en el análisis de lo ocurrido a nivel mundial en las elecciones y refrendos efectuados en los últimos dos años.
En Inglaterra las encuestas señalaban que perdía el BREXIT, cosa que no ocurrió, hoy los ingleses lloran su decisión y no solo enfrentan la separación económica con Europa continental, sino también la división de su territorio, al solicitar Escocia un referéndum para reclamar su independencia del Reino Unido.
En la Unión Americana las encuestas daban como triunfador de una manera apabullante al partido demócrata, a tal extremo que las casas de apuestas solo otorgaban al final un 9% de posibilidades a Trump de éxito.
Hoy los Estados Unidos y el mundo lamentan lo ocurrido.
Como simples lectores nos preguntamos que ocurrió, porqué las encuestas fallaron y los resultados finales fueron diferentes a los pronosticados.
La respuesta es simple, las encuestas y mediciones de opinión dejaron de ser objetivas y se convirtieron en un producto sujeto a las leyes de mercado, se venden al mejor postor y con esto se busca ser un elemento de publicidad, el cual se piensa, influye en la mente de los más débiles, de aquellos que se dejan llevar por las supuestas corrientes ganadoras, votando por quien según se dice va a triunfar.
La realidad cambió, las personas razonan su voto y pocos son los que en la actualidad se dejan manipular, mas no por eso, los partidos políticos dejan de utilizar esta herramienta electoral, tratando de llevar agua a su molino.
Hoy podemos constatar, ante el surgimiento de una encuesta publicada por El Financiero en la cual ponen a la cabeza a Margarita Zavala, la respuesta de Lopez Obrador mediante El Excélsior en la cual juran que él va adelante.
Estas situaciones las veremos todos los días por los próximos quince meses, seremos saturados a más no poder con números de supuestos ganadores.
Cada equipo electoral nos venderá la idea de que su candidato es la opción más querida por el elector y que si queremos formar parte de ese movimiento tenemos que votar por él.
Adicional a lo anterior, estas supuestas mediciones de opinión, forman parte de los planes post electorales, el candidato que termine perdiendo, alegará que le hicieron trampa, que las encuestas lo marcaban como triunfador y que no existe lógica en su derrota, que la mafia del poder utilizó los recursos a su alcance para impedir que el pueblo eligiera.
Las encuestas hoy no son predicciones, son medios de publicidad electoral mediante los cuales nos intentan manipular, tengamos extremo cuidado con ellas.
Recordemos que falta más de un año y que pasará mucha agua todavía bajo este puente.
Utilicemos estos meses para pensar cual es la verdadera opción, aquella que garantice el futuro de nuestro país y por ende una mejor vida tanto para nosotros como para nuestros hijos.
Las encuestas son falacias con intenciones manipulativas.
Pensemos que nos ha costado muchos esfuerzos, crisis económicas y trabajo, tener una nación con estabilidad económica. Los días de inflación de tres dígitos no están tan lejanos y los que hoy estamos en la adultez media recordamos el país quebrado que tuvimos que soportar y rescatar.
Más que encuestas dirigidas por grupos resentidos que nos quieren vender la idea de que ahora si van a ganar, VOTO RAZONADO.
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